Último repaso

Precipitación de los acontecimientos, Granero y Del Pozo no pierden ni un segundo y ya han anunciado la baja de todos los futbolistas que acaban contrato con el Real Oviedo el 30 de junio, a excepción de David Fernández y Josep Señé, que tendrán ofertas para continuar una temporada más con el reto del ascenso a LFP. Se precipita el repaso al curso, luego llegará el tiempo de las despedidas.

Mediocentro:

Dolor de cabeza durante los primeros meses de temporada, con un Gálder Cerrajería que cumplía con las expectativas en cuanto a recorrido, desgaste y llegada desde segunda línea, pero con un equipo que era incapaz de encontrar la fluidez y la pausa en su juego para sentirse fuerte. Sorprende su baja por presencia e implicación, todo suma. Pascual fue solución puntual al problema en mediocampo, y en Enero fue la víctima de un paripé rocambolesco que acabó por devolverle al filial previa renovación por un año más con la primera plantilla. Llegó Héctor Simón desde Sabadell para acabar con el mal endémico del mediocentro.

Al catalán le costó entrar, Sarriugarte no les puso alfombra roja a los refuerzos de invierno. Héctor nunca asumió la manija, fue incapaz de darle la vuelta a la tortilla en cuanto a juego y sensaciones del colectivo, aunque sí dejó destellos de mediocentro de otra pasta. El equipo acabó entregado al juego directo y eso tapó carencias y virtudes. Aitor Sanz vivió un año extraño, incómodo en los primeros meses y en tendencia al alza con la entrada de 2013, hasta descubrirnos al capitán de siempre en las eliminatorias por el ascenso. Papel muy secundario para Iván Rubio, protagonista en los primeros pasos de Granero pero habitual de grada y banquillo.

Parece asegurada la continuidad de Aitor Sanz y Héctor Simón, complicada la de Iván Rubio y descartada la de Pascual a pesar de tener contrato por un año más.

Volantes:

Menos determinantes que en años anteriores, al equipo le costó vivir de las bandas y terminó basándolo todo en el juego directo y la descarga sobre el '9'. Temporada de pros y contras, momentos de todos los colores para un colectivo que pecó de previsible en los costados por la ausencia de laterales largos y la reducción del plan a la mera jugada de 1vs1 en estático. Aún así pudimos ver a un buen Xavi Moré en la eliminatoria ante el Albacete, o a un Javi Casares que, sin confianza para centrar con la zurda, percutía con más corazón que cabeza en el lado izquierdo.

Íker Alegre comenzó siendo el discutido, pero su gol ante el Madrid 'C' supuso un antes y un después. Rayó a buen nivel tras aquel tanto, alcanzó su punto alto con la convincente victoria en Fuenlabrada pero las roturas musculares fueron un lastre demasiado grande. Sobrepasado en la rotación, Granero le asignó como jugador de banquillo con la misión de reforzar trabajo defensivo en los últimos 20' de partido.

Pepe Díaz es la decepción del mercado invernal, apenas ha aportado a pesar de ser un habitual y de tener asimilado el papel de revulsivo en Córdoba. Aquino pasó con más pena que gloria, relegado al ostracismo por Sarriugarte y con la sensación de que podía haber aportado mucho más desde su posición natural. Papel marginal de Jandro, sin oportunidades en el primer equipo ni retos en el Vetusta. Cesión que nunca llegó, el chaval se buscará el puesto en el Marino. Pepe Díaz tiene contrato, está pendiente de la decisión de Granero pero todo apunta a una probable salida; el resto no sigue. Xavi Moré cierra una etapa, tendrá su recuerdo en Ovieditis.

Mediapunta:

Dos nombres propios: Manu Busto y Josep Señé.

El cántabro también termina un ciclo de cuatro años; el gol que daba el pase en el Carlos Belmonte fue su último servicio a la causa oviedista. Los mejores minutos en playoff llegaron cuando Manu pudo recibir entre líneas, a espaldas de los medioscentros, jugando a lo suyo. Pero la tónica general del equipo nunca fue esa, siempre se funcionó mejor con un agitador rompiendo por detrás del punta. Casi más finalizador que otra cosa, comenzó siendo referente de cara a puerta pero las lesiones terminaron por cortar las rachas. Los años no pasan en balde.

El catalán fue la nota fresca, foco de polémica en el inicio por ser otro de los apartados por Sarriugarte. Se había ganado la oportunidad durante la pretemporada, y se metió al Tartiere en el bolsillo el día de su debut ante el Leganés. Futbolista con más descaro, desborde y conducción de la plantilla, prácticamente el único del que esperar un destello para cambiar el signo a un partido cuesta arriba. Sobrevive a la escabechina, tendrá oferta para continuar la próxima temporada.

Delantera:

Cuando nombramos a Diego Cervero hablamos del '9' por excelencia. Más allá de sus 22 goles, ha sido referente y estrella sobre la que han girado el resto de satélites azules en pos del ascenso. Futbolista sobre el que descargar el juego directo, función pivot para jugar de espaldas a portería y hacer más fácil el fútbol de sus compañeros. Entrega incansable, la misma de siempre. Y ese plus de corazón para llegar donde otros no  pueden. Ser la única baza ofensiva le penalizó en playoff, no pudo brillar como a él le hubiese gustado. Pero tendrá más oportunidades.

Óscar Martínez fue su acompañante en la primera vuelta, Fran Sol en la segunda. El gallego tuvo más protagonismo que el madrileño, incluso fue titular en el Heliodoro por delante de Cervero. Ni uno ni otro pudieron aportar en exceso, papeles testimoniales a la sombra de un '9' indiscutible que no dejó ni las migajas a la hora de repartir minutos.

Fotos: @jonas_sanchez