Peligro, Cervero en el área

La dificultad de abrir una tercera etapa, también la de cubrir las expectativas de todos aquellos que ven en Diego Cervero a algo más que un futbolista. Oviedismo a prueba de bombas, él y solo él puede reunir a más de mil personas en la presentación de un futbolista en Segunda B. Fichado por sentimiento y rendimiento, pichichi del Grupo II la temporada pasada y máximo goleador de la categoría durante los tres años de estancia del Real Oviedo tras el ascenso en Mallorca. Consenso, indiscutible, el retorno el hijo pródigo que vuelve a casa convertido en un hombre.

Reválida para los de Sarriugarte en O Vao, tocaba visitar al Coruxo. Los gallegos son la revelación del curso, con permiso del sorprendente Fuenlabrada. No conocía la victoria el Real Oviedo en sus visitas a O Vao, ni siquiera en aquel playoff de ascenso y que llenó de dudas al conjunto de Antonio Rivas tras el 0-0 de la ida en tierras gallegas. Salamanca y Avilés ya cayeron en tierras viguesas, el Tenerife no pudo pasar del empate. Eso, unido a la irregularidad oviedista lejos del Tartiere hacía del duelo del Domingo un examen de fin de trimestre.

Lección aprendida, las dimensiones y el estado del césped de O Vao no fueron un hándicap para los chicos de Sarriugarte, más bien al contrario. La iniciativa y el dominio fueron azules desde el primer momento, estamos hablando de los mejores cuarenta y cinco minutos del Real Oviedo en lo que llevamos de temporada. Javi Casares por detrás del '9' como ocurriera ante el Real Madrid 'C', Diego Cervero en punta como referencia de todo: juego de espaldas, objetivo de descarga y disputa. Ha costado cuatro meses pero ya podemos hablar de un equipo que empieza a girar sobre su figura.

Inicio complicado, Manu Busto se erigió en finalizador durante las primeras jornadas de Liga, y las cifras de Cervero empezaban a ser discutidas. Llegó a la centena como goleador azul, pero sus números distaban de las expectativas de una afición que ansía verle como referente de la categoría con la camiseta azul y no con la del Logroñés. El juego del equipo no ayudaba, Diego se pasaba partidos sin chutar a portería ni recibir balón alguno en el área, así es imposible. Su papel se reducía al del primer defensor, generoso en el esfuerzo e intenso en la presión. Contagiar espíritu y pelear balones imposibles para la segunda línea, no podía hacer más.

Alguna voz crítica comenzaba a asomar, aquellos que no ven más allá de las cifras y que exigen a Diego más que a ningún otro. Zamora fue el primer punto de inflexión para el '9'. Tras una primera parte para olvidar, Cervero acudió al rescate con un doblete que daba la vuelta al marcador y daba la victoria a los suyos. Solo esa maldición que dice que todo ex-futbolista azul que se enfrente al Real Oviedo ve portería impidió que los tres puntos volasen al Principado. El turno esta vez fue para Rubiato, antes fueron Jorge Perona o el propio Cervero, tres días antes también Nacho Méndez pasó a engrosar la lista tras la reanudación del choque ante el Caudal en el Hermanos Antuña.

Suplente en el Heliodoro, su olfato caza-goles salvó un punto y rearmó a Sarriugarte tras una segunda parte donde el Tenerife fue holgadamente superior a los nuestros. Aparecía de nuevo el hombre área, esta vez para pescar un balón suelto tras dejada de Jandro con la testa. Siguió la racha ante el Getafe 'B', determinante a balón parado para regalar tres puntos en una noche de oscuridad y en la que el césped del Tartiere fue definitivamente condenado por todos. Dos goles que dieron cuatro puntos en momentos de incertidumbre y con Sarriugarte en el ojo del huracán. De haber perdido la estela de Tenerife y Avilés el panorama podría ser muy distinto.

En O Vao la primera parte tuvo color azul, dominio y ocasiones que no se traducían en el marcador. Todo el mundo esperaba el gol partita, latente el temor de aquello de quien perdona lo paga. De nuevo a balón parado en el primero, disputas de David Fernández y Baquero para que apareciese el más listo de la clase y cazase, en la frontal del área pequeña y rodeado de camisetas verdes, la pelota para el 0-1. También en saque de esquina la tuvo antes del descanso, asllí estaba Cristian para frenar a Diego. No pudo hacerlo el portero gallego en el 1-2, calco del gol que supuso el empate en Tenerife. Centro a pierna cambiada de Íker Alegre al segundo palo, esta vez no estaba Jandro para la disputa sino Cervero para rematar cruzando lejos de Cristian.

Cuatro goles en tres partidos, siete puntos de nuevo para acercar al Real Oviedo a tres puntos del liderato gracias a los tropiezos de Avilés y Tenerife en las últimas semanas. Nueve tantos en el global de la temporada, el nombre de Cervero asoma en la tabla de los máximos goleadores de la categoría y tan sólo por detrás de Cirio, Aridane y Jona. El '9' ha vuelto, él como nosotros tiene ilusiones renovadas y un único objetivo en mente: el ascenso. Cuidado rivales, un killer anda suelto y es peligroso.

Foto: Irma Collín @irmalasuerte