Como nunca, como siempre

1. Para un nuevo asalto, un nuevo Real Oviedo. Mismas aspiraciones, camino distinto, por más que el sinsabor del primer tropiezo no sea desconocido. El gol de Grego fue un jarro de agua fría para un Tartiere ilusionado tras el debut en Burgos, y que esperaba que los suyos metieran la velocidad de crucero desde el primer día. Dos puntos que vuelan del Tartiere, pero cura de humildad necesaria para aquellos que ya pensaban en un liderato sin bajar del autobús.

2. La apuesta de Granero es clara. Prioridad para el balón, obligación de jugar por abajo del primero al último. Orlando saca en corto buscando a uno de los centrales, ahí empieza todo. Héctor Simón como centro gravitacional del fútbol oviedista, se sabe y se siente importante, por fin está en su hábitat. A fin de cuentas, los que hacen bueno o malo a un estilo son los futbolistas, que no el entrenador. Granero probó la receta la temporada pasada ante el Zamora, y los azules se fueron 0-2 al descanso. Ahora, los medios a su alcance son otros.

3. Sin la brillantez mostrada en El Plantío, o en algún que otro duelo de pretemporada, pero con la misma iniciativa, el Real Oviedo buscaba la portería de Rafa. Un error de Owona a los dos minutos que no supo aprovechar Alain, una internada de David Alba por banda derecha a la que le sobró un toque, un pase de más en la frontal habiendo opción de disparo; en ocasiones parecía que los azules querían rizar el rizo en exceso, buscando más agradar a los suyos que otra cosa. Enfrente estaba un equipo valiente, descarado, que quería refrendar expectativas y reivindicar futbolistas, con cinco ex-azules visitando el Tartiere.

4. Homenaje a Kily en el descanso, Nacho Rodríguez fue el encargado de proseguir con la maldición como ya hiciera Cerrajería hace siete días. Owona superó su error inicial, importante el camerunés para que Arzeno mande achicar a los suyos y dejar metros a la espalda de la zaga. Rubén García entre centrales, creciente, apagafuegos cuando Señé o Alain buscaron posición de disparo en la frontal. Gran partido el de Xavi Moré, incordio constante para Sergio Rodríguez, el peligro del Noja siempre llevó su seño personal.

5. La idea es buena porque este equipo tiene mucha calidad. Se aprecia en las diagonales de Pardo y Héctor Simón, en cada control de Susaeta, en el guante de Eneko en pierna izquierda. Segunda asistencia del curso la suya, esta vez fue Pardo quien abrió el marcador a la salida de un córner. El gol desató a los azules, diez minutos esplendorosos para 'cerrar' el partido. David Alba dobla a Susaeta, y éste pone un balón perfecto con la zurda para que Cervero solo tenga que girar el cuello. 2-0 al filo del descanso y sensación de trabajo hecho.

6. Vocación ofensiva, el equipo siempre quiere proponer. Y a veces, el riesgo se paga. El gol de Gálder llegó por un error en la salida de balón, y anoche Orlando tuvo que salvar un disparo de Zarandona tras indecisión en el despeje de Sergio Rodríguez. Cuando el Real Oviedo sea capaz de identificar esos momentos puntuales en los que ser más expeditivo que creador, el equipo será fiable. Mientras tanto, la posibilidad para el rival siempre estará ahí, diga lo que diga el marcador.

7. Nacho Rodríguez acortó distancias en la última jugada de la primera mitad, con la zaga azul reclamando fuera de juego. Grego hizo el empate nada más entrar a la salida de un córner, defensa zonal y diez hombres en el área que no evitaron un remate franco. El equipo va en el camino correcto, pero se ha de poner remedio a los errores porque marcar el ritmo desde el principio es el primer paso para asaltar el liderato. Durante cuatro temporada hemos ido a remolque, y siempre hemos visto como el que empieza en lo más alto, acaba en la cumbre.

8. Granero movió el banquillo tras el 2-2. Entró Sergio García para dar profundidad, para amenazar al espacio; velocidad en banda derecha y después moviéndose por dentro. Tuvo un cuarto de hora Anunnziata, pero demostró no estar aún en el nivel de competición. También es cierto que el partido estaba donde quería el Noja y no donde querían los nuestros; cambiar la dinámica no era fácil a contrarreloj. Señé actuó ese último cuarto de hora como mediocentro, toda la carne estaba en el asador.

9. Pero esa paciencia mostrada durante lo que llevamos de curso, ese gusto por el toque, jugó contra los nuestros cuando el reloj apremiaba. Idea loable, seguro que dará más réditos por valor de más de dos puntos cuando la temporada vaya avanzando. Pero el Tartiere se ha acostumbrado a la épica, a los goles sobre la bocina, y se hizo extraño ver que el equipo no metió un balón al área en busca de la heroíca. Incluso Guardiola se jugaba el recurso de Piqué jugando de '9', y así llegó el primer Mundial de Clubes para los culés. Quizá jugar sobre Cervero y Pardo pueda ser un buen recurso de emergencia...

y 10. Los oviedistas salimos del Tartiere con regusto amargo por la ocasión desperdiciada. Pero el equipo desprende sensaciones como para ser optimistas. Exigencia y comprensión, a fin de cuentas es un grupo de jugadores completemente nuevo, un "producto sin acabar". Crecer a base de victorias, pero proponiendo un paso más en cada partido. Por suerte, llega la Copa del Rey esta semana, y con ella, la oportunidad de resarcirse. Minutos para los que han sido de la partido en Liga. Meter a todos en dinámica será otra victoria para Granero.

Foto: Jonás Sánchez

El de hoy es el último análisis Ovieditis por un tiempo. Una pausa que no significa punto y final. Gracias a los que habéis estado leyendo durante estos cuatro años. Espero poder volver a 'engancharos' a la vuelta.