Josep Señé, as en la manga

Condenado por Sarriugarte a un rol anecdótico, a apagafuegos en situaciones desesperadas cuando el técnico vasco se quedaba sin opciones. Elogiado y reclamado por la afición por sus actuaciones en pretemporada, la falta de transparencia desde el cuerpo técnico respecto a sus ausencias de las convocatorias no hizo más que fomentar el debate en la calle. Los críticos utilizaron al chaval como arma arrojadiza y argumento contra Sarriugarte, y su debut ante el Leganés no hizo más que confirmar sospechas.

La baja de Manu Busto le abrió las puertas, pero Señé no tuvo la continuidad necesaria en el once para mantener el rendimiento que demostró en el partido ante los de Pablo Alfaro. Sarriugarte dio con la tecla antes de Navidad, Javi Casares como agitador por detrás del '9', y al catalán se le cerraron de nuevo las puertas del equipo. Después llegó Pepe Díaz, incluso Héctor Simón le relegaba en la rotación cuando aparecía el mal llamado 'trivote'. La recuperación de Manu Busto parecía condenarle definitivamente a la grada pero el relevo en el banquillo lo cambió todo.

Granero llegó a Oviedo con un plan, punto por punto no difiere mucho del que cualquier recién llegado aplica en sus primeras semanas ya que la máxima prioridad es conseguir que todos vayan a una. En cuatro partidos ha utilizado a casi todos; Álvaro Cuello, Lucien Owona y Fran Sol son los únicos pendientes del debut. Futbolistas antes relegados a un tercer plano ahora son parte firme del once inicial, mientras que compañeros otrora indiscutibles ahora ven los partidos desde la grada. Salir de la lista es sencillo, alcanzar la  titularidad es todo lo contrario.

Josep Señé no escapa al cambio de status en la plantilla. Importante en la remontada ante el Zamora, entró al césped tras el empate, metió una marcha más al partido, y de una conducción suya surgió el definitivo 3-2. De nuevo bala en la recámara en el duelo del Domingo ante el Atleti 'B', llevó la locura a la grada del Tartiere al hacer el 'gol partita' marca de la casa: control, regate en la frontal y balón a la escuadra. Nombre propio en las dos victorias de Granero como técnico azul, no hay duda. La sorpresa llega cuando uno comprueba que Señé lo ha conseguido habiendo disputado únicamente 45' de los 360' posibles con el valenciano en el banquillo.

El chaval tiene el descaro propio de la edad, y las ganas de demostrar lo que no pudo demostrar en los dos primeros tercios de temporada. Es atrevido, encara al rival, conduce y tiene esa zancada capaz de desgarrar al espacio sin necesidad de soltar el balón. Juega con las dos piernas, estamos posiblemente ante el mejor primer toque de la plantilla, sabiendo que Cervero come aparte. Si es capaz de recibir mirando portería, el peligro es inminente. Ante el Zamora ya demostró compatibilidad con Manu Busto, puede partir de cualquier zona porque poco le importa ya estar cerca o lejos del área.

Todas las cualidades para ser el revulsivo perfecto, la carta ganadora desde el banquillo para cuando el partido se atasque. As en la manga para Granero, si el míster consigue dotar de regularidad a ese atrevimiento, a esa verticalidad de Señé, el grupo tendrá un futbolista impagable. Mantener el nivel es su prueba de fuego, convertir esos destellos en algo habitual es el paso necesario para buscar cotas altas en el Real Oviedo. Empieza el reto de Josep Señé.

Foto: @jonas_sanchez