Corazón y vértigo

1. Sábado de fútbol en el Tartiere, horario poco habitual y ambiente más festivo de lo que la dinámica del equipo merece por la presencia del 'Capitan One' Michu para hacer el saque de honor. Historia viva del oviedismo, gracias a él (y al resto de canteranos que conforman nuestro poker mágico) el Requexón es conocido en el mundo futbolístico. Ejemplo de amor a unos colores y un escudo, su sola presencia debía servir como estímulo a una plantilla que centraba todas las miradas al no contar ya con su escudo Sarriugarte.

2. El inicio hace saltar todo por los aires, y eso que aún así el Tartiere tardó unos cuantos minutos en señalar a los suyos. Primer balón del Zamora en territorio azul, Orlando Quintana se queda a media salida y Sergio García la pone perfecta; vaselina impecable para el estupor de los 8.000 presentes en la Ería. Dos minutos de partido, 0-1 y los de Roberto Aguirre en un escenario con el que ni soñaban y que supieron manejar a la perfección durante la siguiente hora del choque.

3. Cambios de Granero para la puesta de escena oviedista. Iván Rubio al lateral diestro, Javi Cantero en la izquierda y Mantovani al banquillo, toque de atención al argentino. Sin Aitor Sanz no había debate posible para el mediocentro, lo habrá a partir de hoy tras lo visto en la segunda mitad. En el banquillo, todas las balas posibles para la ofensiva, como si Granero ya visualizase la necesidad de una remontada heróica. Señé y Pepe Díaz fueron los elegidos, reivindicación especial para el primero tras su ostracismo, como ya hiciera en el partido ante el Leganés en el Tartiere hace ya una vuelta.

4. Salida casi lavolpiana de balón, con Héctor Simón incrustándose como central, y los dos laterales adelantando posición para generar el mayor número posible de líneas de pase. Xavi Moré y Javi Casares buscaban el pasillo interior, el carril estaba despejado para Iván Rubio y Javi Cantero. Cerrajería no encontró su sitio, y Manu Busto hace tiempo que pasó a ser más finalizador que otra cosa. El 0-1 reforzaba al Zamora, la movilidad de los hombres sin balón fue a menos y el resultado fue que el primer tiro a puerta no llegó hasta pasado el 44'.

5. Defensa dejando muchos metros a la espalda, esto obliga a Orlando Quintana a salir del área más de la cuenta pero el error en el 0-1 lleva el runrún a la grada y al césped. Sufren David Fernández y Baquero con las rupturas de Sergio García, el objetivo de los chicos de Aguirre era buscar una y otra vez la espalda del central zurdo. Nacho Matador encontró el hueco entre los centrales, y allí se lanzó Sergio García al espacio para el 0-2 al filo del descanso. Panorama desolador y el equipo tocando fondo, con el Tartiere de uñas y el hilo de esperanza a punto de quebrarse.

6. En la reanudación Xavi Moré deja su sitio a Pepe Díaz, Javi Casares pasa a la derecha. La tónica es la misma, y Sergio García perdona el 0-3 en el área pequeña con Quintana batido, un disparo que convierte en maldita una actuación perfecta hasta el momento. Nula profundidad azul, vuelven males conocidos porque todo se fía al 1vs1 en banda o a la inspiración individual en zona de 3/4. Granero llama a Señé justo antes del minuto mágico, uno de esos momentos por los que el fútbol levanta pasiones.

7. Del 0-2 al 2-2 en un abrir y cerrar de ojos. Primero es Cervero quien recibe de espaldas y Manu Busto quien ataca al espacio. Define perfecto en el mano a mano, el cántabro se reencuentra con su versión de finalizador y ahí deberá enfocar su fútbol en lo que queda de curso. De una entrada por banda de Javi Casares nace el empate, todo acaba en disparo de Manu y Diego aprovechando el rechace. Peligro, el '9' anda suelto. Nueva exhibición de un futbolista en peligro de extinción y nuevo doblete para salvar a su equipo del alma una vez más. Tener a Cervero de tu parte es impagable.

8. Y entonces llega el momento del vértigo. Granero quema opciones: Señé al mediocentro, y poco después Iván Rubio para ser éste quien aporte algo de pausa en el correcalles. Entra Mantovani para volver a la receta de tres centrales, también para ayudar a cerrar una vía de agua que el Zamora había abierto en su banda derecha buscando el duelo contra Javi Cantero. 20' por delante y el partido en un tanto. Aparece entonces en los visitantes el temor a perder lo que tenían ganado con holgura, eran los minutos en que por fin el Tartiere daba su aliento de apoyo.

9. Nadie osaría hace una semana a aventurar un mediocentro oviedista formado por Iván Rubio y Josep Señé. Vitales con balón y en transición defensiva, firmaron dos actuaciones dignas del mejor de los 'stoppers.' El 3-2 nace de una recuperación del catalán en plena salida zamorana. Señé es vertical, directo, conduce para superar la línea rival. Atrae con la conducción y no duda en soltar el latigazo, y Cervero, como siempre, el más vivo dentro del área para hacer lo que mejor sabe: enloquecer al Tartiere.

y 10. No era el día para que el rival aguase la fiesta a última hora. No pudo el Zamora poner a prueba a Orlando Quintana, y no sufrieron los azules para amarrar los tres puntos. Sesenta minutos indignos, última media hora de locura para enganchar a todos de cara al rush final. Luces y sombras de Granero, que agitó el banquillo para poner remedio a una puesta en escena desafortunada. Espíritu, reacción y fe, la receta no es nueva para superar un bache de juego y resultados.

Foto: Irma Collín