En Alcalá, la cara 'B'

1. Alineación que se hacía sola para jugar en El Val, las bajas condicionaban todo. Diego Cervero y Manu Busto por lesión, el césped del Tartiere se empieza a tomar sus primeras víctimas porque el esfuerzo y el desgaste muscular son muchísimo mayores sobre el barro. Íker Alegre por cinco amarillas, el hombre más en forma de la plantilla obligado a un descanso forzoso que nunca viene bien estando en racha. Las ausencias, dificultad añadida para visitar un campo en el que los azules sólo consiguieron ganar una vez; en la primera eliminatoria de Copa del Rey tras el ascenso a Segunda B, aún con Raúl en el banquillo.

2. Tres bajas y tres alternativas, por eso digo aquello de que la alineación se hacía sola. Fran Sol como recambio del '9', oportunidad para confirmarse como recambio de Diego Cervero; su aval, 32 goles la temporada pasada en Tercera. Pepe Díaz para jugar como segundo punta, para eso se le fichó en Enero visto el rendimiento del equipo con Javi Casares como agitador de la ofensiva por dentro. Y éste en banda izquierda, a pierna cambiada, dos estacas en los costados con Xavi Moré en la diestra. Futbolista por futbolista para mantener la idea que tan buenos frutos ha dado el último mes y medio.

3. Sarriugarte incumple la máxima y mete mano en el dibujo y en el sistema. Entra Héctor Simón en el mediocentro, el futbolista creador por el que todos añorábamos. El problema es la incapacidad manifiesta para decidir entre Aitor Sanz y Cerrajería, si lo que se quiere es primar lo que aporta Héctor Simón. Como no decide, el técnico vasco sacrifica a Fran Sol, desplaza a Pepe Díaz como referencia y se pasa a jugar a otra cosa. Fran Sol como alternativa en el banquillo, a su lado Jandro y Señé en Oviedo. Gálder a la mediapunta como ya pasara en Salamanca o Tenerife.

4. Las casualidades no existen, ambos partidos se saldaron con un Real Oviedo inferior al rival. Cerrajería es todocampista, ida y vuelta, recorrido y metros. Si le enjaulas y le recortas espacio, pierde esencia y razón de ser. Si añades que Pepe Díaz es un punta para romper a la espalda de centrales y no para fijar o atraer, el vasco se queda sin espacios libres en los que aparecer y finalizar. Aún así, Gálder provoca el penalty y el Real Oviedo por delante al descanso. Ejercicio de esfuerzo y solidez a partir de la suma de individualidades.

5. Tras el descanso, misma tónica. Equipo sin apuros, tocaba esperar que la victoria cayese como fruta madura ante el penúltimo clasificado, no apretaba el Alcalá. Lo difícil estaba hecho. Pero el Real Oviedo no es capaz de ganar por rutina, al menos no a domicilio. Cada victoria ha de ser trabajada y brillante, fruto de la apuesta y la ambición. En el mínimo resquicio apareció Rubiato para abrir la herida, para cumplir la maldición de los ex, esa que nunca falla. Ahí cambió el partido para siempre. Tres minutos fatídicos para condenar tres puntos que hubiesen hecho líderes momentáneos a los azules.

6. La gestión de Sarriugarte, expuesta y condenada en ese paréntesis entre los tantos de Rubiato y Montero. Fran Sol preparado para entrar con el empate, oportunidad para demostrar ambición por la victoria y volver a la disposición de siempre. Uno de los tres medioscentros en el punto de mira para la sustitución, Aitor Sanz cargado con amarilla y el partido bronco. El sacrificado fue Javi Casares, el mensaje desde el banquillo en El Val quedaba claro. Pepe Díaz desplazado a la izquierda, Fran Sol como '9' y el 'trivote' indisoluble en Alcalá. Más allá del resultado está la sensación, el empate puede ser bueno en el 90' pero nunca en el 60'.

7. La apuesta duró tres minutos, lo que tardó el Alcalá en poner el 2-1 tras fallo estrepitoso de Dani Barrio en el despeje. Y entonces sí, Jandro por Aitor Sanz para pasar a la idea lógica, ésa que devuelve metros para correr a Cerrajería, ésa que coloca a Pepe Díaz como cuchillo por dentro y a un '9' referencia para jugar de espalda y fijar centrales. Dos sustituciones para un movimiento, el que se debió hacer desde el inicio. Eso sí, perdiendo a Javi Casares entre medias. Y para colmo, la losa del marcador adverso y el rival desatado por verse por delante en un escenario con el que ni soñaba apenas unos minutos antes.

8. No hubo capacidad de reacción. El equipo estuvo aturdido, desencajado, perdido por los cambios sobre el césped y en el marcador. Fran Sol lo intentó, dos remates en dos aproximaciones pero insuficientes para incomodar a Juancho. Pepe Díaz tuvo la última en libre directo desde la frontal del área, el balón parado era el único resquicio por el que se podía salvar un punto en Alcalá. Balón rozando el palo derecho y final tras ocho minutos de descuento. Liderato provisional esfumado y el Leganés que nos da caza, asustan los de Pablo Alfaro tras su 5-1 al Guijuelo. No pierden los madrileños desde que lo hicieran en el Tartiere.

y 9. Derrota que destapa las carencias en la gestión del grupo. Sarriugarte no cree en la profunfidad de plantilla pero tiene fe ciega en sus 13-14 futbolistas, por más que el de este curso sea el grupo de jugadores más amplio y compensado de los últimos años. Félix ha de asumir el papel de gestor de egos, trabajar con mano izquierda, y aplicarse el cuento de no tocar lo que funciona. Ir a lo fácil en el cambio de jugador por jugador de inicio, que no mirando el DNI y el eco que se pueda generar en el vestuario. Si toca las mínimas piezas posibles, la calidad hará el resto.

Foto: LNE