Adiós y suerte, gracias Pelayo

Imposible la felicidad completa en el Real Oviedo, el día siguiente de la vuelta del hijo pródigo fue el de la confirmación de la salida de la última joya del Requexón, el espejo para los que venían por detrás. El sueño de una plantilla con un buen puñado de exponentes de la casa se esfuma, hubiese sido precioso ver a dos referentes de distintas generaciones convivir en un año quién sabe si mágico. Pelayo acepta un contrato por tres temporadas con el Elche, jugará en Segunda con 21 años, la apuesta es ambiciosa pero también arriesgada, el chaval ha sido valiente en su decisión.

La exigencia es máxima, en Elche será un desconocido para el aficionado, deberá justificar sus minutos desde el primer momento. Competencia extrema, no se ha ido a un Club cualquiera sino a un candidato al ascenso a Primera, un equipo que se quedó a las puertas en 2011 y que no ha estado a la altura este curso. Esa decepción obliga más, las negociaciones por el portero César y el extremo Vicente dicen mucho de la ambición de su proyecto. Pelayo será uno más, ningún privilegio viniendo de donde viene, sabe que tendrá que sudar y trabajar cada oportunidad a las órdenes de Fran Escribá.

Baja sensible para el nuevo proyecto azul, el chaval tenía todos los ingredientes para ser un indiscutible en el equipo, que no titular por decreto, nadie tiene ese privilegio. Calidad fuera de duda, emperador de la segunda línea, segundo máximo goleador de la plantilla desde el mediocentro; Pelayo es fortaleza y llegada, el factor sorpresa en ataque. Ocupaba plaza Sub-23, esas piezas tan codiciadas por la limitación de 16 fichas 'senior'. Y a todo esto añadir el factor sentimental, la implicación con el Real Oviedo, el amor y el respeto a unos colores y un escudo. Pelayo sabía dónde y para qué estaba, con él y con la vuelta de Cervero el oviedismo estaba asegurado en el vestuario.

El tiempo dirá si es o no el momento de irse, hablar sin conocer todos los condicionantes es irresponsable. Hasta el 11-J todo en torno al Real Oviedo son suposiciones, rumores e intenciones, después de la Junta quedará todo más definido. Si el plan sale como debe y Quique Pina es nombrado gestor deportivo, la ilusión será desbordada; el murciano es sinónimo de éxito como ya demostró en Ciudad de Murcia y Granada. Recalará en Oviedo con ambición y proyecto, nuestro club tiene todo lo que debe tener para llegar en volandas a Primera con una buena gestión. Cuando el proyecto se confirme será momento de valorar la decisión de Pelayo.

Si se cumple la hoja de ruta hablaremos de precipitación de Pelayo, con Quique Pina se abrirían las puertas de un retorno a Segunda, una plantilla de garantías y la oportunidad para Pelayo de recorrer todo el camino hasta la cima con el equipo de su vida. Con 21 años siempre hubiese tenido la oportunidad de salir más adelante, el camino más largo tiene recompensa si no cejas en el empeño. Si por el contrario la Junta y la ampliación de capital son un fracaso, es obvio que el chaval habrá tomado la decisión correcta porque comprometer tu futuro a un Real Oviedo a la deriva es romántico pero carente de lógica.

Pase lo que pase a partir del miércoles, hacia Pelayo sólo podemos tener gratitud y respeto. Sentimiento indiscutible, sabemos que siempre será uno de los nuestros. Nos obligará a tener un ojo en Elche como ya lo tenemos en Málaga, Madrid o Londres, uno más para la causa y para propagar el trabajo del Requexón por el planeta fútbol, Mata lo ha hecho internacional.

¡¡MUCHA SUERTE PELA!!

Foto: Jonás Sánchez