Remontada, la primera piedra

Mitad de semana, tres días han pasado del mazazo que supuso la derrota en el Tartiere. Ya no hay ningún oviedista que no crea en la épica de eliminar al Eibar en Ipurúa, ni siquiera los que eran más pesimistas el domingo. Que el lunes hubiese oviedistas retirando el carnet de socio del Eibar para ver el partido del sábado, o que desde ayer otros hayan acampado durante 26 horas, haciendo cola en las oficinas del Tartiere para conseguir su entrada, dice mucho de la ilusión por un sueño, y del agradecimiento a una temporada que pase lo que pase será recordada como el punto de inflexión.

Creer que el milagro es posible; sin fe no habrá nada a lo que agarrarse. Granero debe recuperar mentalmente al grupo tras el palo que supuso el tanto de Guille Roldán. Vestuario abatido tras la derrota, no había más que ver sus caras cuando Symmachiarii reclamó la presencia de los futbolistas sobre el césped una vez acabado el partido. El lunes se empapeló el Requexón con mensajes positivos, fue el primer paso. La afición creyó antes que nadie, eso contagia a los jugadores porque la locura oviedista ya está presente en todos ellos.

El 1-2 es un resultado complicado, montaña a escalar. El Eibar un rival duro, con argumentos colectivos e individuales para hacer aún más difícil lo que de por sí ya resulta extremo: remontar una eliminatoria a domicilio. Los azules necesitarán dos goles en Ipurúa, y partirán con esa única ventaja de saber a ciencia cierta cuál es el camino para la clasificación. No cabrá la especulación, la portería de Irureta será el objetivo desde el primer minuto, con el añadido de que un gol armero no cambiará la necesidad oviedista. La posibilidad de prórroga juega a nuestro favor, en ella el valor doble de los goles fuera de casa es un hándicap tremendo.

Meta marcada, falta visualizar el camino. Granero empieza a preparar el duelo de Ipurúa en la rueda de prensa del Carlos Tartiere. Asegura que sus chicos llegarán vivos a los últimos 20' del partido de vuelta, les está marcando el primer objetivo. Hacer un gol en la primera hora de partido, puede que incluso un poco más tarde. Sin prisa pero sin pausa, sin renunciar a nada pero sin exponer más de lo necesario porque el Eibar buscará enterrar la ilusión oviedista a la contra. Un tanto armero no cambia el panorama, pero un segundo gol de los de Garitano sería el fin de nuestra aventura. Por tanto, riesgo controlado, sabiendo que el 0-1 ó el 1-1 rondando el 70' serían buenos resultados.

No es un imposible, tampoco una utopía. El Real Oviedo tuvo opciones de un marcador mejor en el Tartiere, incluso con 1-0 hubo ocasiones para poner más tierra de por medio. Reconociendo el potencial del Eibar, el marcador no es nada del otro mundo para poder lanzarse a tumba abierta el último cuarto de hora. Las dimensiones de Ipurúa juegan a nuestro favor, este equipo ha sido más competitivo a domicilio en campos de características similares que en otros como el Heliodoro o Butarque.

Creer es el primer paso, afición y plantilla ya van en la misma dirección. La ilusión se palpa, la confianza es innegociable antes de cada remontada. Una vez recuperado el aspecto mental, tocará analizar la manera de hacerle daño al Eibar. Los dos equipos se conocen, Granero empezará a preparar el terreno en el entrenamiento de esta mañana en el Requexón. No todo será corazón y ganas, al fin y al cabo el fútbol sigue siendo un deporte con once por equipo y un balón. Ésa será la segunda piedra...

Foto: Irma Collín