El barro, demasiado enemigo

1. La línea entre el éxito y el fracaso es más fina que nunca. Hace una semana el Real Oviedo llegó a ser líder provisional durante un buen puñado de minutos en su partido en Alcalá; ahora los azules ven como la diferencia respecto al Tenerife es de siete puntos. Tres partidos de distancia, un mundo que no es tanto porque dos semanas tontas te acercan al objetivo o te separan definitivamente. La Liga regular es muy larga, y muy dura; para todos. Pero el margen de error se hace cada vez más pequeño...

2. Duelo directo ante el Salamanca, cuentas pendientes por la dolorosa derrota de la ida y por el comportamiento de algún que otro personaje que no merece su minuto de gloria a costa del Real Oviedo. Victoria matutina del Tenerife ante el Leganés en el otro duelo estrella de la jornada, ambos serán los rivales de aquí a finales de Mayo, quién sabe si lo serán también en las eliminatorias. Resultado que obligaba a los de Sarriugarte a sumar los tres puntos para no perder la estela del primer puesto, objetivo irrenunciable de la Liga regular.

3. Disposición y once lógicos, el de gala para Sarriugarte si exceptuamos la presencia de Owona en el lateral diestro en lugar del sancionado Baquero. Aitor Sanz y Cerrajería le toman la delantera a Héctor Simón, igual que ya lo hace Pepe Díaz respecto a Javi Casares en sentido inverso, por aquello de clasificar a unos y otros por orden de llegada. Íker Alegre y Xavi Moré en los extremos, ambos tan indiscutibles como lo son Cervero como '9' o Dani Barrio bajo palos. Volvió Íker al once tras su sanción sin perder un ápice de velocidad ni potencia. Ahora mismo el extremo zurdo es la baza más segura para Félix.

4. Venía el Salamanca con piel de cordero al Tartiere con objetivo de traspasar presión y responsabilidad a los de Sarriugarte. Nada más lejos de la realidad para un equipo que podía haberse quedado a ocho puntos del cuarto puesto de haberse dado otros resultados, pero al que el punto le supo a gloria por los tropiezos anteriores de todos los rivales directos. La victoria del Caudal fue la excepción a la regla, y los hombres de Paco confirmados como aspirantes a los puestos de privilegio.

5. Igor de Souza para despertar viejos fantasmas en los asistentes al Tartiere. El brasileño siempre se crece en la Ería, desconectarle a él y cortar su conexión con Moreira era el primer paso para anular al Salamanca. Juega de espaldas, utiliza bien el cuerpo para proteger el cuero, quítarsela puede parecer una misión imposible, que se lo digan a Gonzalo o Invernón. Se peleó con Mantovani, el argentino no se bastaba pero allí estuvo Owona para ganar la batalla en un partido en el que el camerunés estuvo en su salsa.

6. Impracticable el barro del Tartiere, a lo visto en el Estadio ya no se le puede llamar césped ni tan siquiera pasto. Indigno no ya para el Real Oviedo sino para cualquier equipo de Regional Preferente, urge solución pero no se encuentra el tiempo. Perjudica al juego y al bloque, el espectador ya no ve fútbol sino un deporte diferente. La lucha no es por mantener la posesión de la pelota ni por buscar la portería rival sino que se reduce a una batalla por el equilibrio, el pase es una quimera. Las lluvias no dan tregua, el calendario tampoco. Pero la que está en juego es la salud de los futbolistas, más que cualquier otra cosa. La semana pasada fueron Cervero y Manu Busto, ayer de nuevo Diego y Cerrajería engrosaron la lista negra.

7. El primero que sabe de la complejidad es Sarriugarte, por eso se vio a un equipo capaz de asustar como nadie en el balón parado. Moreno evitó el tanto de Álvaro Cuello antes del descanso cuando el Tartiere ya cantaba el gol. El lateral se encontró con el poste en la segunda mitad tras córner botado por Xavi Moré, el 0-0 ya agonizaba. Ambos remates tuvieron patrón común, la entrada de Álvaro al primer palo para ser primera opción en el remate. Victoria a partir de la estrategia, no había otra esperanza y allí se lanzó el equipo. Lástima la escasez de fortuna en las dos acciones porque las impresiones serían muy distintas de haberse encontrado portería.

8. Héctor Simón desde la frontal en libre directo, más de lo mismo. Balón parado bien golpeado, de nuevo la cepa del poste para salvar al Salamanca. No supo el equipo llevar peligro de otra forma, más allá de los disparos lejanos de Cervero y de Owona en los inicios. El del camerunés iba para golazo de los casi trece años de vida del Tartiere, y eso que el año pasado vimos el de Martins ante el Coruxo. Rechace en la frontal, Lucien con el exterior del pie derecho desde 30 metros y Moreno que voló hacia la escuadra para salvar un gol que nadie se hubiese imaginado en las botas de Owona.

9. Más lluvia, más barro y más pesadez en la reanudación. El partido derivó en un cuerpo a cuerpo, disputa tras disputa y choque tras choque. Las piernas puestas a prueba, seguro que a más de un futbolista hoy le costará moverse tras el esfuerzo de ayer sobre el Tartiere. El menisco de Cerrajería mandó el aviso, fue la primera víctima; el cuádriceps de Cervero no aguantó la exigencia tras dos semanas entre algodones. En esas estuvo Dani Barrio para salvar el tanto de Igor. El partido y los tres puntos estaban en el 'gol-partita', así que hay que darle a esa intervención el mismo mérito que se dio al error del pasado Domingo en Alcalá.

y 10. Con hastío, desilusión y rabia, así salió el público del Tartiere. El frío y las inclemencias son menos cuando se suman los tres puntos, esta vez no pudo ser. Ni un reproche a la entrega ni a la disposición del equipo, tampoco al planteamiento de Sarriugarte ni a la puesta en escena. La sensación es que no se puede hacer nada sobre el barro del Tartiere, que a pesar de los números casi inmaculados como locales, cada quince días toca jugar a la lotería. La fiabalidad a domicilio pasará una nueva prueba ante el CD Marino. Recuperar lo perdido en las dos últimas semanas es el objetivo.

Foto: Irma Collín