Real Oviedo 1-0 Real Madrid 'C'

1. Victoria azul. Goleada. No refiriéndonos a lo que sucedió sobre el césped sino a lo que lo rodeó. Más de 8.000 oviedistas en marcha desde la Plaza América, abarrotando las calles de la capital y demostrando que el sentimiento está más vivo que nunca y pletórico de fuerza. Alrededor de 20.500 espectadores en el Tartiere para pregonar a los cuatro vientos el poder de una afición que no conoce límites.

2. Sorpresa Sarriugarte en el once inicial, si es que puede llamarse así al ya preocupante ostracismo de Dani Aquino. Su escenario y su partido para volver a la posición que le llevó al estrellato prematuro con 16 años, cuando entró volvió a hacerlo en el extremo zurdo. El técnico vasco optó por Javi Casares por detrás de Cervero e Íker Alegre volvió a la banda izquierda con más voluntad que acierto. El 1-0 fue la demostración perfecta de su partido.

3. Inicio ya anunciado y esperado, dominio del Real Madrid 'C' en los primeros compases de partido. El ambiente atenaza a los azules, ver las gradas del Tartiere abarrotadas impacta a unos futbolistas que no se sueltan hasta que el balón lleva un buen rato rodando. Soltura en el (segundo) filial blanco, ganas de demostrar en un escenario y con una difusión que nunca pudieron imaginarse, antesala de lo que se pueden encontrarse dentro de unos años si alguno consigue dar el gran salto al Bernabéu.

4. Minutos de tanteo, de adaptación al medio. Pronto se intercambiaron los papeles para que el Real Oviedo dispusiese del mando y la iniciativa del choque. Real Madrid 'C' replegado, esperando la pérdida de Aitor Sanz y Cerrajería para buscar una contra que no llegó en la primera parte. Sabía Manolo Díaz de la dificultad oviedista para construir fútbol, más aún si cabe con las ausencias de Manu Busto y Josep Señé, futbolistas que sin llevar la manija de un equipo son capaces de aportar algo distinto en zona de 3/4.

5. Consigna clara, abrir el campo y entrar por los costados; Íker Alegre y Xavi Moré eran las estacas de Sarriugarte. Novedad Álvaro Cuello en el lateral izquierdo, primer futbolista en doblar a su compañero de banda en lo que llevamos de curso. Los blancos conocían al detalle el plan azul, dos y hasta tres futbolistas sobre Xavi Moré cada vez que el pucelano recibía para evitar la sangría. Íker Alegre sufrió ante Joel, probablemente lo mejor del Real Madrid 'C'.

6. Tras el descanso llegó el vendaval, ese ida y vuelta donde siempre decimos que el Real Oviedo se siente y se sabe poderoso. Continuo arriba y abajo, nulo centrocampismo; a cada llegada azul le seguía una contra merengue, exenta de último pase en parte también por el fenomenal partido de David Fdez y Mantovani, auténticos colosos al cruce que sostuvieron al equipo para que sus compañeros pudiesen correr desatados y con todo hacia adelante.

7. Apareció entonces el mejor Xavi Moré, aquél que ya sembró el caos en el Castilla hace poco menos de un año. Disfrutaba el extremo como un niño en una tienda de gominolas, se sabía imparable como antes de la lesión, todos hacíamos esos sprints con él. Diferencial, imparable, la hemorragia en el costado izquierdo de los blancos era incurable. Ya daban igual las ayudas, el 2vs1 tapando salida por dentro y fuera ya no podía frenarle, ni siquiera en falta. En una galopada que parecía anticipar el segundo de la noche llegó la fatalidad. Xavi detuvo su carrera para echar mano al bíceps femoral, corazón en un puño de todos los allí presentes y el Real Oviedo obligado a seguir su camino sin la estrella que alumbraba su paso.

8. Afortunadamente llegó la noche que todos esperábamos, Jandro destapó el tarro de las esencias para que la baja de Xavi no lo fuese tanto. El escenario de sus sueños se abría ante sus ojos: equipo volcado a la derecha, debilidad rival en el costado zurdo y metros para correr. El chaval estuvo imberbe, descarado, desatado ante un Tartiere que rugía como nunca, quizá inspirado por ese 'You'll never walk alone' que nos sacó las lágrimas a todos al descanso. Si Jandro consigue mantener el nivel de anoche nadie podrá dudar de su sitio en este equipo.

9. El exceso de fe y de ganas penalizó a los nuestros en la definición. Cervero, Íker Alegre y Jandro, todos perdonando lo imperdonable en un equipo que asaltaba en cada contragolpe la zaga merengue como si de un cuchillo cortando mantequilla se tratase. Segunda parte para replantear conceptos e ideas, Sarriugarte ha de tomar nota del escenario en el que su equipo se sintió cómodo y poderoso porque constuir un equipo ganador siempre será más fácil partiendo desde las mejores cualidades de los futbolistas que tiene a su disposición. Al Real Oviedo le gusta correr.

10. Entró Pascual por Javi Casares para aportar pausa en el centro del campo, para evitar el correcalles y minimizar las pérdidas en zonas de peligro. Cerrajería adelantó su posición para que el ataque fuese cosa de cuatro y siempre con seis por detrás del balón. No se perdió iniciativa, tampoco el equipo regaló metros en exceso ante los blancos. Se supo jugar con marcador a favor aunque nunca se está a salvo de un buen susto.

11. No hay victoria sin sufrimiento, ni tres puntos fáciles. No es el sino de este Club. Euforia en las gradas, victoria completa... no podía ser todo tan bonito. Sabíamos que el Real Madrid 'C' tendría la suya como la tuvo el Fuenlabrada en las botas de Pachón. Allí apareció Dani Barrio para volar tras un zapatazo de Kamal que iba directo a todos los zapping. Tampoco Raúl ni Ramírez tuvieron suerte ante el meta gijonés, cada vez más gigante en una portería de la que ya es dueño absoluto por méritos propios.

y 12. Ciudad volcada en sus calles, Tartiere engalanado como en las grandes ocasiones y con más asistencia que cinco estadios de Primera; tres puntos y el equipo en zona de playoff; superado el millón de euros en la ampliación de capital, el milagro más cerca. Ayer fue el primer día del resto de la vida del Real Oviedo. Sentimiento desatado, afición imparable y fuerza mundial. La historia de cómo salvamos al Real Oviedo en 2012 será contada a nuestros nietos...

Foto: Irma Collín