Semana de incorporaciones en el Real Oviedo. Llegaron Javi Cantero, David Fernández y Aarón Bueno, un problema burocrático separa al mediocentro César Diop de convertirse oficialmente en futbolista carbayón, aunque mientras ya se entrena con los que serán sus compañeros. En Córdoba afirman que el central Astrain también estará a disposición de Sarriugarte el nuevo curso, calidad de cedido aunque no ocupando ficha Sub-23. Antes de salir dejen entrar y cubrir necesidades, esta fue la máxima del cuerpo técnico. Con la de Astraín serían 19 las fichas senior ocupadas, tres más de las permitidas por la RFEF.
Tres futbolistas centran la atención de todos, el Club les ha declarado transferibles y les ha dado libertad para buscarse destino lejos de Oviedo. Negredo, Juanpa y Martins, los tres titulares durante buena parte de la campaña pasada ya no cuentan para Sarriugarte. Deméritos deportivos, urgencia por liberar fichas, todo suma para que sean los elegidos para abandonar el Real Oviedo. La salida del franco-senegalés parece un hecho, lleva días con todo arreglado con el Albacete y ahora toca que cada parte intente arañar lo máximo posible en un acuerdo beneficioso para todos los bandos.
El caso de Negredo y Juanpa es distinto. Ambos futbolistas entrados en la treintena, contrato suculento y mayor dificultad para que otros igualen las cantidades que les asegura el Real Oviedo. El Requexón tiene todas las comodidades para un futbolista de la categoría, la ciudad tiene todo para disfrutar, nada les invita a salir salvo la previsible falta de minutos. La declaración de intenciones no deja dudas, quieren luchar por el puesto y cambiar la idea del cuerpo técnico; al fondo de la cuestión está todo lo ya expuesto.
Señalados por la afición, su actuación frente al Real Madrid el primer día no ayudó a mejorar el ambiente. En los juicios de valor no existe el ayer, el fútbol no tiene memoria. El ensañamiento es mayúsculo, hablar de ellos como ex-futbolistas con la Tercera como única salida es un error, ambos fueron titulares en un equipo que aunque no cumplió objetivo se quedó a puertas del playoff. No entran en los nuevos planes, no tienen sitio, pero no olvidemos que Negredo fue fijo en las alineaciones que nos llevaron a ganar en Carlos Belmonte, Valdebebas y escalar hasta la segunda posición antes de Navidad.
Ambos pudieron denunciar cuando tuvieron oportunidad, decidieron dar tiempo al Real Oviedo a pesar de que su compañero Lledó les mostró que denunciando cobrarían lo adeudado en tiempo récord. La culpa fue de quien no les pagó, pero más denuncias hubiesen puesto en aprietos el futuro de nuestro Club. En ese sentido, con sus logros y sus fallos sobre el terreno de juego, el comportamiento de Negredo y Juanpa fue ejemplar y comprensivo. No merecen la lapidación de la opinión pública aunque de sus salidas dependa la confección de la presente plantilla.
El Real Oviedo ha de ser una institución señorial, tratarles como a uno más mientras dure su estancia en el conjunto azul. Entrenar con el resto de compañeros como están haciendo es un gran gesto, otra cosa dejaría nuestra imagen por los suelos. Los partidos pueden ser un buen escaparte, ¿por qué no? De ahí a que futbolistas descartados tengan más minutos que otros que sí contarán para Sarriugarte o incluso que chavales del Vetusta que opositan al primer equipo, hay un mundo. En Pola de Lena Martins fue el segundo cambio, Negredo inclusó portó el brazalete de capitán; no parecen las mejores señales para indicarle a alguien que no tiene sitio.
La línea entre el buen trato y el desprecio es muy fina, manejar el asunto tampoco es fácil para un cuerpo técnico que debe conjuntar una plantilla prácticamente nueva a dos semanas del inicio liguero. La economía compromete todo, pagar un finiquito es un lujo que no está al alcance del Real Oviedo; casi tanto como mantener al día a futbolistas que no van a tener oportunidades por overbooking. Urge solución rápida, aligerar vestuario debe ser la única prioridad para Fermín y Toño Velázquez.
Tres futbolistas centran la atención de todos, el Club les ha declarado transferibles y les ha dado libertad para buscarse destino lejos de Oviedo. Negredo, Juanpa y Martins, los tres titulares durante buena parte de la campaña pasada ya no cuentan para Sarriugarte. Deméritos deportivos, urgencia por liberar fichas, todo suma para que sean los elegidos para abandonar el Real Oviedo. La salida del franco-senegalés parece un hecho, lleva días con todo arreglado con el Albacete y ahora toca que cada parte intente arañar lo máximo posible en un acuerdo beneficioso para todos los bandos.
El caso de Negredo y Juanpa es distinto. Ambos futbolistas entrados en la treintena, contrato suculento y mayor dificultad para que otros igualen las cantidades que les asegura el Real Oviedo. El Requexón tiene todas las comodidades para un futbolista de la categoría, la ciudad tiene todo para disfrutar, nada les invita a salir salvo la previsible falta de minutos. La declaración de intenciones no deja dudas, quieren luchar por el puesto y cambiar la idea del cuerpo técnico; al fondo de la cuestión está todo lo ya expuesto.
Señalados por la afición, su actuación frente al Real Madrid el primer día no ayudó a mejorar el ambiente. En los juicios de valor no existe el ayer, el fútbol no tiene memoria. El ensañamiento es mayúsculo, hablar de ellos como ex-futbolistas con la Tercera como única salida es un error, ambos fueron titulares en un equipo que aunque no cumplió objetivo se quedó a puertas del playoff. No entran en los nuevos planes, no tienen sitio, pero no olvidemos que Negredo fue fijo en las alineaciones que nos llevaron a ganar en Carlos Belmonte, Valdebebas y escalar hasta la segunda posición antes de Navidad.
Ambos pudieron denunciar cuando tuvieron oportunidad, decidieron dar tiempo al Real Oviedo a pesar de que su compañero Lledó les mostró que denunciando cobrarían lo adeudado en tiempo récord. La culpa fue de quien no les pagó, pero más denuncias hubiesen puesto en aprietos el futuro de nuestro Club. En ese sentido, con sus logros y sus fallos sobre el terreno de juego, el comportamiento de Negredo y Juanpa fue ejemplar y comprensivo. No merecen la lapidación de la opinión pública aunque de sus salidas dependa la confección de la presente plantilla.
El Real Oviedo ha de ser una institución señorial, tratarles como a uno más mientras dure su estancia en el conjunto azul. Entrenar con el resto de compañeros como están haciendo es un gran gesto, otra cosa dejaría nuestra imagen por los suelos. Los partidos pueden ser un buen escaparte, ¿por qué no? De ahí a que futbolistas descartados tengan más minutos que otros que sí contarán para Sarriugarte o incluso que chavales del Vetusta que opositan al primer equipo, hay un mundo. En Pola de Lena Martins fue el segundo cambio, Negredo inclusó portó el brazalete de capitán; no parecen las mejores señales para indicarle a alguien que no tiene sitio.
La línea entre el buen trato y el desprecio es muy fina, manejar el asunto tampoco es fácil para un cuerpo técnico que debe conjuntar una plantilla prácticamente nueva a dos semanas del inicio liguero. La economía compromete todo, pagar un finiquito es un lujo que no está al alcance del Real Oviedo; casi tanto como mantener al día a futbolistas que no van a tener oportunidades por overbooking. Urge solución rápida, aligerar vestuario debe ser la única prioridad para Fermín y Toño Velázquez.