El retorno del '9'

El día ha empezado con el mejor de los despertares: el ídolo Diego Cervero vuelve al Real Oviedo. Su nuevo contrato dice que por dos temporadas, nosotros esperamos que sea por y para siempre; que nunca más vista otra camiseta que no sea la azul, que nunca más le inviten a salir, que llegue hasta donde le permita su fútbol pero siempre con nosotros. Porque su figura es mayor que la de un delantero goleador, mayor que la de un futbolista. Diego personaliza mejor que nadie que yo haya visto el orgullo, el valor y la garra del oviedista.

Dos veces le mostraron la puerta, primero un Consejo inepto y después otro incalificable; y dos veces ha vuelto al rescate del Real Oviedo cuando la situación es angustiosa. La primera, tras un penoso descenso a Tercera que quedará grabado por siempre como el mayor borrón en la historia de nuestro club. La segunda lo hace como referente de una nueva etapa: será la imagen del cambio, de la ilusión, del despegue, del renacer de las cenizas. Para ello habrá que seguir delegando, cada acción es importante para derrocar a Alberto González el 11-J y enterrar la era más negra en la historia de nuestro Club.

Diego Cervero no necesita carta de presentación. Es lo que cualquiera de nosotros desearía ser. Cuando marca, marcamos todos; cuando esprinta, esprintamos todos; cuando llora, lloramos todos. Futbolista que conecta con la grada de manera inimaginable, líder y emblema dentro y fuera del vestuario, Aitor Sanz deberá ir entregando el brazalete que con tanto honor ha llevado porque su legítimo dueño ha vuelto para quedarse. Diego es la representación de la afición en la plantilla, un chico que pase lo que pase ya se ha convertido en eterno del oviedismo como antes lo fueron Herrerita, Lángara o Carlos.

Pero más allá del simbolismo de la vuelta de Diego Cervero al Real Oviedo, estamos hablando del fichaje del máximo goleador en Segunda B de las tres últimas temporadas, 'pichichi' del grupo II en los dos últimos cursos con el UD Logroñés. Un refuerzo tremendo, que unido a la más que probable gestión deportiva de Quique Pina, vislumbra un futuro ilusionante con el único objetivo del ascenso a la LFP como campeón de grupo de una vez por todas. Estamos ante las semanas más importantes para futuro del oviedismo desde 2003.

Delantero centro, '9' de área a la antigua usanza, referencia aérea, resolución en la estrategia ofensiva y defensiva, juego de espaldas, definición de primeras y trabajo incansable. Ése es el Diego Cervero futbolista. Deseoso de comprobar su conexión con Xavi Moré en banda diestra, el catalán será su mejor socio desde el extremo cuando se recupere de su lesión. El entendimiento con Manu Busto llegará solo, los buenos futbolistas encuentran la manera de coexistir y el talento del cántabro es descomunal.

Faltan otras piezas, aún se ha de ganar la batalla de la Junta de Accionistas y volcarse en la ampliación de capital para asegurar el futuro económico del Real Oviedo. Es la oportunidad de que la afición se haga con un porcentaje importante de acciones, de asegurarse voz y voto en el devenir del Club. El toque de ilusión lo pone Cervero, todos estamos, y lógicamente le incluyo a él también, como un niño con zapatos nuevos. El día en que nos preocupemos únicamente de lo que pasa en el césped está cada vez más cerca.

¡BIENVENIDO A CASA DIEGO!