Olvidar La Roda

Partido para hombres que dijo Pacheta, ganar en La Roda para romper el doble maleficio de vencer lejos del Tartiere y también el del horario matinal a domicilio. Salieron los azules dispuestos a mandar en el helado césped y ganar confianza desde el primer minuto. Lledó jugando en largo desde atrás, la defensa oviedista en mediocampo para encerrar a los locales en su área, acumular jugadores en pocos metros para tener más opciones en la segunda jugada, para que las contras de La Roda empezasen a muchos metros de nuestro área.

A los diez minutos llegó el ingenuo penalty de Teo, un defensa natural nunca habría lanzado la pierna sin saber lo que le viene por detrás. Pacheta pensó en él para abrir el campo y que Abasolo lanzase la diagonal hacia dentro y crease superioridad con Manu Busto, pero no pensó que cada ataque local acababa en el área y que allí un hombre de ataque es pura precipitación y riesgo. Una acción que condiciona el partido y también el juicio de valor. Hasta ese momento la salida del equipo era buena, gustaba, eso recogían todas las redes sociales; después llegaron las críticas al estilo y a los pelotazos de Lledó.

Error de alevines en la infracción y también en el gol. No es tolerable que tu portero detenga el penalty y el rechace lo gane un atacante con la suficiente picardía para entrar en carrera y ganarte el metro definitivo. Eso no se entrena, es oficio del futbolista y en los nuestros ninguno lo tuvo, no sólo Teo que fue el retratado. Otra vez a contracorriente, al equipo le costó sobreponerse como de costumbre y es que la falta de reacción es un mal endémico. Con el paso de los minutos los de Pacheta se encontraron, dos chuts de Manu Busto y Pelayo más una oportunidad de Abasolo hacían presagiar el empate, pero entonces llegó el mazazo del 2-0 a balón parado.

Detalles que marcan una trayectoria, como la semana pasada. Cuando el equipo sale bien te hacen el primero, cuando se recupera cae el segundo para enterrar cualquier opción. Falta frontal, la defensa siempre tiene la ventaja pero la línea azul se tira muy atrás, Pelayo pierde la marca y Aitor Sanz termina al borde del área pequeña defendiendo a dos hombres de 1’85. Error en cadena de todos, de marcaje, de concepto, no miremos a uno o dos futbolistas sino al conjunto. Entrenable, pero dominado durante todo el curso hasta hace un mes, cuando encajamos en Toledo. Ya no sale de cara, cada acercamiento contrario es prácticamente un gol. Todo viene de culo como a principio de temporada y toca levantarse de nuevo como hicimos entonces.

Pacheta movió todo al descanso, ya no tenía nada que perder. Teo era un flan, Álvaro el cambio recurrente para darle metros a Nano y devolver a Abasolo a su posición natural. Jandrín en la diestra, tuvo dos incursiones para la esperanza al comienzo pero entonces llegó la roja directa a Pascual. Seis minutos sobre el césped, la entrada de la impotencia pero también la de la inmadurez, por innecesaria y por dejar sólos a tus compañeros con un mundo por delante. Se acabó el mínimo resquicio de remontada, llegaron los minutos de la basura porque La Roda bajó revoluciones ante diez y los azules rondaban el área de Bocanegra. En esas se sacó el trencilla la roja directa para Negredo por considerar oportunidad manifiesta de gol un ataque en campo propio. La puntilla, por si había algo que rematar.

Un día para olvidar, una racha para apretar los dientes y salir cuanto antes pues llevamos cuatro puntos de los últimos quince en juego. El liderato del Castilla a cuatro partidos, éste se perdió en las primeras ocho jornadas pues no nos dejaron margen de error. El playoff quedará a cuatro puntos con trece jornadas por delante, nada perdido, todo por disputar. El Tenerife sumó una victoria en seis partidos entre Noviembre y Enero; el Albacete, dos entre Octubre y Diciembre; el Lugo lleva dos triunfos en los últimos once partidos. Nadie escapa a los baches, ninguno está a salvo, un equipo se puede caer en cualquier momento y dos victorias seguidas te meten entre los elegidos.

El estilo es el mismo que en Diciembre, la idea de Pacheta y el convencimiento también. No se puede pasar en dos semanas del éxtasis al suicidio, a los que hoy les faltó actitud se les llamó héroes en el Anxo Carro. Recurrir a la falta de ganas es el argumento simplista en la derrota, nada más lejos de la realidad. Un buen amigo es aquél que está a tu lado en los malos momentos, como afición tenemos que cumplir el mismo papel, como hemos hecho siempre. El míster nos lo había avisado, habría momentos duros y han llegado. No desfallecer, persistir, acudir en masa a Luanco para devorar al Marino y dar el paso todos juntos, unidos.

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