Lo dijo bien claro Pacheta en la posterior rueda de prensa, el objetivo innegociable en Luanco era no encajar gol, principio básico para volver al ideario y a la solidez tras encajar siete tantos en los últimos tres partidos. Equipo rocoso, Martins y Rubiato en punta con Teo en banda derecha, alineación de intenciones: ponerse el mono de trabajo para sacar los puntos por la de malas, apretar bien arriba al Marino para que los de Quirós no saliesen cómodos desde atrás ni combinasen en mediocampo. Que el balón fuese más por el aire que por el verde, aprovechar la superioridad de centímetros del once carbayón ante un equipo más frágil en la disputa.
Vorágine de fútbol directo, Martins llevándose las disputas, el equipo volcado a la izquierda para que Nano apretase a Queipo en el 1vs1; superior el andaluz en potencia, zancada y velocidad. Un duelo que fue para el nuestro todo el partido, y que después dio lugar al 0-1, la inseguridad del lateral durante todo el choque le condenaron al error e inclinaron la balanza de un partido de 'gol partita'. Los azules, esta vez de blanco, encerraron al Marino a base de fútbol directo y presión, omnipresentes Aitor Sanz y Pelayo para triunfar en la segunda jugada y cortar cualquier atisbo de contragolpe luanquín. Apenas sufrió la inédita defensa de Pacheta, con Jorge Rodríguez después de cuatro meses de ausencia; el gallego demostró jerarquía, fue capataz de la línea sin ritmo de competición ni minutos en las piernas.

El primero de Nano y la autoexpulsión de Saavedra decidieron el choque, la rúbrica llegó con los de Quirós volcados en un imposible y es que en ningún momento llevaron peligro a la meta de Lledó. Difícil encontrar un partido en el que el Marino crease menos, no es plaza sencilla Miramar y es que en Luanco ya cayeron La Roda y Rayo B, empataron Lugo y Albacete y venció con sufrimiento el Castilla cuando el Marino ya estaba en inferioridad. Hay que valorar cada victoria porque luego repasas trayectorias y ves que pocas son fáciles, sacar tres puntos de Miramar tiene buen mérito, más haciéndolo sin conceder ocasiones.
Las posibilidades de éxito de un equipo las marca más la solidez que la brillantez, el equipo de Pacheta es un bloque que concede poco cuando está a su nivel y ahí es dónde se debe exigir. La propuesta siempre es la misma, el míster quiere que el balón dividido esté lo más lejos posible de Lledó para minimizar riesgos, aunque ello conlleve proponer menos en ataque. Cuando fallan los cimientos es cuando se derrumba la casa porque si no se es firme atrás tampoco expones nada de peso arriba y ya no hay argumentos. Pero se ha llegado hasta aquí con esta idea, se ha competido gratamente ante los rivales directos de esta manera y no se va a cambiar ahora.
El Domingo a solucionar el accidente del últmo partido en el Tartiere, que el Alcalá pague los platos rotos también por lo que pasó en la idea. Seguir ganando confianza, ir recuperando efectivos porque eso nos hará más fuertes. Cuantos más futbolistas tenga a su disposición Pacheta para afianzar un once, mayores serán las garantías para el mes de Junio. Ayer fue Jorge Rodríguez, Candela y Juanma deben ser los siguientes.
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