El año pasado llegó sobre la bocina, descarte del Rayo Vallecano, que paga la gran parte de su ficha con tal de no tenerle en el vestuario. Lateral izquierdo, Pichi Lucas descartó a un Manuel Micó que se salió con el Orihuela para en el mercado de invierno fichar por el Recreativo, donde se ha hecho hueco a base de buenas actuaciones. Juanma llegó para ocupar el vacío que dejó Javi Barral, indiscutible con el Guadalajara en Segunda, su sombra era alargada y el listón muy alto. Muchas veces el fútbol es eso, estar en el sitio justo en el momento adecuado. Lo que entonces pudo ser un varapalo para Micó y Barral se ha convertido con el tiempo en lo mejor que les ha podido pasar; un descarte que les ha abierto las puertas de la categoría de plata. El ojo clínico azul siempre al pie del cañón, el mismo que dicen descartó a Ronaldinho para fichar a Fabio Pinto tras un Mundial Sub-17 en Egypto, imperdurable en el tiempo, endémico.
Juanma se hizo con la titularidad en el equipo de Pichi Lucas nada más llegar, pero no entró con buen pie, ni él ni el resto. Acusaba la falta de rodaje y el sistema, tener como compañero en banda izquierda a Manu Busto lo único que le ocasionaba eran dolores de cabeza, 2vs1 continuo del rival para dejarle en evidencia a él y a todos, el Oviedo se instalaba en la zona baja de la tabla. Acumuló errores de principiante, lapsus de concentración impropios de un futbolista con trayectoria en Segunda División, fallos en el marcaje, su espalda se convirtió en coladero. La grada le señaló directamente a él porque no entendía que con su nivel estuviese condenando al ostracismo a un chaval como Ernesto.
Llegó a encararse con la grada, el divorcio jugador-afición era un hecho. Con José Manuel perdió el sitio, López Ramos volvió para ocupar el lateral zurdo y ahí se quedó hasta final de temporada. Con Pacheta comenzó de titular pero una lesión le apartó del once; con el burgalés lo que funciona no se toca y el canario no entró hasta que llegaron las bajas en el eje de la zaga, ahí surgió la probatura de central. La inercia era positiva, la afición soñaba con llegar a la fase de ascenso y así es mucho más fácil entrar, dejó buenas sensaciones al míster y se planificó el nuevo curso con Juanma como central y no como lateral izquierdo.
Jorge Rodríguez y Negredo partían con todas las papeletas para ser indiscutibles, la alternativa era un inexperto Lucien Owona y el reciclado Juanma, de volante zurdo a central en dos temporadas. La defensa es corta de efectivos, seis jugadores para cuatro puestos, podemos dar gracias de la irrupción de Álvaro Cuello porque sin él la soga estaría al cuello. Negredo empezó bajo mínimos, Juanma apuntaba a titular en Butarque pero una lesión volvió a sacarle del once, la oportunidad fue para Owona. El camerunés crecía, el madrileño iba recuperando su nivel, las cosas volvían a ponerse difíciles para el canario pero llegó la desafortunada lesión de Jorge para abrirle las puertas de la titularidad.
Un error suyo en la marca costó un punto en Alcalá, el equipo tocó fondo y las miradas volvían a dirigirse a él. Desprendía lo mismo que el curso anterior, lapsus de concentración para dejar a un rival sólo en el punto de penalty, imperdonable. Ante el Vecindario abrió la lata y estuvo sólido por arriba, anímicamente le vino de perlas porque Juanma es un jugador frágil que necesita aplauso, cariño y confianza para dar la talla. Ante los pitos se encoge, con viento a favor se está convirtiendo en indiscutible como valladar de la defensa azul. Cuatro tantos encajados en nueve partidos desde que el canario es central, los números son los únicos no sujetos a interpretaciones.
Cómodo cuando el equipo entrega la manija, por arriba él y Negredo son inexpugnables, lo demostraron en el Carlos Belmonte. Concentrado cuando sus compañeros van y presionan al rival, no le importa tener metros a su espalda. Está metido en el partido y en la mentalidad ganadora de Pacheta: rápido para el retorno, concentrado para evitar los errores de novato que antes eran una costumbre. Incluso se ha hecho pieza clave en la estrategia ofensiva, marcó el primero ante el Coruxo tras saque de esquina de Manu Busto, su gol bien pudo llegar antes porque suele tener una en cada partido; en Gijón ya la mandó al palo.
El invento de Pacheta funciona, la señal es que el oviedismo estuvo pendiente de su participación en Getafe porque ya le reconoce como importante en este equipo. Juanma ha salido del bucle, invertir la opinión del Tartiere es difícil pero lo está consiguiendo, ya no hay murmullo cuando sale con el balón jugado. Está en el buen camino, debe seguir apretando porque llegar siempre es más fácil que mantenerse, el fútbol no tiene memoria ni para lo bueno ni para lo malo. Es el espejo en el que se mira Falcón, Juanma es el primero que ha vuelto para sumar en la causa azul.
Publicidad: Ovieditis es el nuevo 'patrocinador' del espacio dedicado al Real Oviedo en el programa 'Asturias en juego' de Radio Vavel, en el que se repasará toda la actualidad futbolística del Principado todos los Lunes de 17h a 18h.
Juanma se hizo con la titularidad en el equipo de Pichi Lucas nada más llegar, pero no entró con buen pie, ni él ni el resto. Acusaba la falta de rodaje y el sistema, tener como compañero en banda izquierda a Manu Busto lo único que le ocasionaba eran dolores de cabeza, 2vs1 continuo del rival para dejarle en evidencia a él y a todos, el Oviedo se instalaba en la zona baja de la tabla. Acumuló errores de principiante, lapsus de concentración impropios de un futbolista con trayectoria en Segunda División, fallos en el marcaje, su espalda se convirtió en coladero. La grada le señaló directamente a él porque no entendía que con su nivel estuviese condenando al ostracismo a un chaval como Ernesto.
Llegó a encararse con la grada, el divorcio jugador-afición era un hecho. Con José Manuel perdió el sitio, López Ramos volvió para ocupar el lateral zurdo y ahí se quedó hasta final de temporada. Con Pacheta comenzó de titular pero una lesión le apartó del once; con el burgalés lo que funciona no se toca y el canario no entró hasta que llegaron las bajas en el eje de la zaga, ahí surgió la probatura de central. La inercia era positiva, la afición soñaba con llegar a la fase de ascenso y así es mucho más fácil entrar, dejó buenas sensaciones al míster y se planificó el nuevo curso con Juanma como central y no como lateral izquierdo.
Jorge Rodríguez y Negredo partían con todas las papeletas para ser indiscutibles, la alternativa era un inexperto Lucien Owona y el reciclado Juanma, de volante zurdo a central en dos temporadas. La defensa es corta de efectivos, seis jugadores para cuatro puestos, podemos dar gracias de la irrupción de Álvaro Cuello porque sin él la soga estaría al cuello. Negredo empezó bajo mínimos, Juanma apuntaba a titular en Butarque pero una lesión volvió a sacarle del once, la oportunidad fue para Owona. El camerunés crecía, el madrileño iba recuperando su nivel, las cosas volvían a ponerse difíciles para el canario pero llegó la desafortunada lesión de Jorge para abrirle las puertas de la titularidad.
Un error suyo en la marca costó un punto en Alcalá, el equipo tocó fondo y las miradas volvían a dirigirse a él. Desprendía lo mismo que el curso anterior, lapsus de concentración para dejar a un rival sólo en el punto de penalty, imperdonable. Ante el Vecindario abrió la lata y estuvo sólido por arriba, anímicamente le vino de perlas porque Juanma es un jugador frágil que necesita aplauso, cariño y confianza para dar la talla. Ante los pitos se encoge, con viento a favor se está convirtiendo en indiscutible como valladar de la defensa azul. Cuatro tantos encajados en nueve partidos desde que el canario es central, los números son los únicos no sujetos a interpretaciones.
Cómodo cuando el equipo entrega la manija, por arriba él y Negredo son inexpugnables, lo demostraron en el Carlos Belmonte. Concentrado cuando sus compañeros van y presionan al rival, no le importa tener metros a su espalda. Está metido en el partido y en la mentalidad ganadora de Pacheta: rápido para el retorno, concentrado para evitar los errores de novato que antes eran una costumbre. Incluso se ha hecho pieza clave en la estrategia ofensiva, marcó el primero ante el Coruxo tras saque de esquina de Manu Busto, su gol bien pudo llegar antes porque suele tener una en cada partido; en Gijón ya la mandó al palo.
El invento de Pacheta funciona, la señal es que el oviedismo estuvo pendiente de su participación en Getafe porque ya le reconoce como importante en este equipo. Juanma ha salido del bucle, invertir la opinión del Tartiere es difícil pero lo está consiguiendo, ya no hay murmullo cuando sale con el balón jugado. Está en el buen camino, debe seguir apretando porque llegar siempre es más fácil que mantenerse, el fútbol no tiene memoria ni para lo bueno ni para lo malo. Es el espejo en el que se mira Falcón, Juanma es el primero que ha vuelto para sumar en la causa azul.
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