Como una bala, Xavi Moré

Fue el artífice de la remontada el curso pasado, todo empezó con un gol suyo en las postrimerías del partido en Valdebevas ante el Madrid Castilla. Él y Manu Busto se echaron el equipo a la espalda, fueron los líderes del bloque y marcaron la diferencia en la escalada, ambos diferenciales en la categoría. Xavi Moré llegó sin aire al playoff, no hacer pretemporada le penalizó en lo físico y el Real Oviedo lo pagó caro ante el Pontevedra. Pichi Lucas no supo ver que 30’ del catalán a tope eran más productivos que 75’ de desgaste.

Éste debía ser su año, ahora sí empezaba de cero pero las lesiones volvieron a aparecer en las primeras semanas de trabajo. El equipo no carburaba, vagaba por la zona media-baja de la tabla, dinámica negativa, la ausencia de líder desde el banquillo sumió a la plantilla en un caos. Xavi pasó momentos delicados, problemas personales afectaron a su rendimiento; ni éstos ni las lesiones le dejaron tener continuidad. Con Pichi Lucas y José Manuel sólo participó en la mitad de los partidos, algunos saliendo desde el banquillo. Las sensaciones no eran buenas, ni estaba ni se le esperaba.

La llegada de Pacheta fue un punto y aparte, el cambio deportivo fue radical. El trabajo colectivo permite brillar a las individualidades: el fútbol vertical premia a los hombres de banda, les permite encarar con espacios por delante y en situaciones de 1vs1, paraíso dorado para Xavi Moré y Nano. El equipo sería líder de grupo si la Liga hubiese comenzado con la llegada del técnico burgalés, durante un par de semanas el oviedismo incluso llegó a soñar con el playoff de ascenso cuando Pacheta recogió al equipo empatado con el descenso.

Xavi Moré no había estrenado su casillero esta temporada, hoy lleva cuatro tantos y en todos ellos el Real Oviedo sumó los tres puntos, dato significativo. El momento de forma espléndido, el MVP azul sin discusión en el último tercio de curso. Está en todas, marca y da asistencias, sensación de peligro constante, el Oviedo vive volcado hacia la derecha aunque en la izquierda Nano también esté a la altura. Está de dulce el catalán y el equipo lo sabe, la sociedad con Aitor Sanz prometía hasta la lesión del madrileño.

Profundidad, juego al pie y al espacio, capaz de correr a la espalda o de recibir y atacar en estático. Su tren inferior le da ventaja en la arrancada, si encara en 1vs1 esos primeros metros suyos son demoledores. Con confianza se atreve con todo, la exquisitez en el control es bestial como demostró en Mieres. Ya no le teme ni al chut desde fuera, los golazos ante el Zamora y el Caudal fueron de lo mejor del fin de semana en España, propios de superior categoría.

Los focos apuntan a él, llegan las alabanzas pero los críticos siempre están ahí, se agradece que al menos no se apunten al veletismo. Se le reprocha a Xavi Moré ser jugador de 10-15 partidos al año, le echan en cara su irregularidad a lo largo de toda una temporada; con el nivel que demuestra ahora el equipo estaría arriba añaden. No hay jugador que mantenga el estado de dulce y sea diferencial las 38 jornadas de Liga y también en playoffs, por eso precisamente estamos en la categoría de bronce, tampoco ha tenido Xavi la suerte necesaria para esquivar lesiones y problemas musculares.

La planificación juega el papel clave, necesario el punto de encuentro entre entrenador, director deportivo y preparador físico; todo tiene su momento. El estilo marca el desgaste, el objetivo y el calendario los picos de forma. Llegar con todos en condiciones a Mayo para la postemporada, necesaria plantilla con 15-16 jugadores titulares para dosificar, imprescindible contar con tres o cuatro jugadores capaces de jugar en más de una posición. Xavi y Nano no aguantan la exigencia de toda una Liga, y menos con el estilo Pacheta. Jandro no ha estado a la altura como sí estuvo el curso pasado.

El Real Oviedo necesita un pulmón en banda capaz de jugar por izquierda y derecha para cubrir dos posiciones a espera del salto de Jandrín con el primer equipo, que debería llegar más pronto que tarde. Tres jugadores titulares, repetir el perfil Invernón del curso pasado pero añadiendo polivalencia en los dos costados; crear un planning específico para Xavi Moré, prevenir lesiones y cuidar la alimentación será básico, el jugador sabe que el Real Oviedo tiene la exigencia de Primera jugando en Segunda B. Él y Manu Busto son dos tesoros, crearles el contexto adecuado para que den el máximo de sus posibilidades marcará el éxito o el fracaso.

Foto:Lne.es