Real Oviedo 2-0 CD Alavés, confirmación

Partido de Primera División en Segunda B, el mejor ambiente de la temporada en el Carlos Tartiere para recibir al Alavés. La auténtica prueba de nivel para medir el efecto Pacheta, los vitorianos llegaban como líderes y con mucho en juego pues los cuatro primeros puestos están en un pañuelo. Con la derrota de hoy y las victorias de Eibar y Mirandés los de Tomé caen hasta la tercera plaza, se jugaban mucho en el coliseo azul.

Pacheta no toca lo que funciona, se especuló con la titularidad de Juanma una vez superados sus problemas físicos pero el burgalés dio continuidad al once que venció en La Muela y López Ramos ocupó el lateral izquierdo. Mismas intenciones desde que el técnico se hizo cargo del equipo: transiciones rápidas, pocos toques en zonas de riesgo y Rubiato como referencia para descargar juego. Impresionante partido el del madrileño, estuvo en todas las disputas, fantástico en la presión y en la batalla aérea, jugó de espaldas a portería para habilitar las entradas de los extremos y de Manu Busto. El gol es un premio, sin él la valoración es la misma como ya destaqué tras el partido ante los cachorros del Athletic.

El Alavés demostró su condición, sabían de la reacción azul y el propio Tomé calificó el partido de “duelo de playoff”. Presión en la salida para forzar el pelotazo y no el pase largo, obligaban tanto a Pascual como a Aitor Sanz a recibir siempre de espaldas. El Oviedo vió el riesgo en la intensidad vitoriana, transformó la verticalidad en precipitación, las pérdidas de unos y otros fueron la tónica de toda la primera parte. En los minutos de tanteo se marcó la diferencia, Jorge Rodríguez tuvo salida limpia y Rubiato rompió a la espalda de los centrales, Manu Busto acompañó la jugada para recoger el balón suelto y definir ante Dituro.

La posesión fue vitoriana pero el control oviedista, no sufrieron los azules salvó en un chut con izquierda de Óscar Rico que sacó bien Aulestia. Superioridad vasca en ese lado, buscaron el 2vs1 ante Víctor Díaz con Moya y Rico, exigieron en lo defensivo a Xavi Moré, es la mejor manera de anularle en fase ofensiva, no estuvo cómodo el catalán aunque cuando la intensidad vitoriana bajó un punto volvió en ataque para marcar la diferencia. Sólidos Negredo y Jorge por arriba y por abajo, Geni pasó inadvertido y Jito no llevó peligro en la segunda parte, nunca dio sensación de peligro el Alavés aunque Tomé sacase toda la artillería en los últimos treinta.

Partido exigente, el rival no dio facilidades y por eso los extremos no aparecieron hasta bien entrada la segunda, Xavi Moré para decidir, Nano para casi firmar un gol antológico. Manu Busto no entraba en juego, siempre un paso por delante de la línea de fuera de juego, entró Jandro para ganar presencia física, batalla y velocidad a la contra. Tuvo tres carreras de mérito el ‘7’, se contragió del trabajo de Rubiato y ayudó a que el partido no se jugase en el área de Aulestia cuando el marcador estaba por decidir. Jorge Perona fuera de la lista, mismo mensaje que recibió Busto hace tres semanas; si no da un paso adelante el valenciano no volverá.



Para enmarcar el partido de Pascual y Aitor Sanz. Muchos kilómetros, mucho trabajo en defensa, se echó en falta algo de pausa con el marcador a favor pero el desgaste fue terrible. La verticalidad provoca pérdidas y más kilómetros en las piernas, el siguiente objetivo de Pacheta ha de ser el de controlar los partidos con posesiones largas, defender algunos minutos con balón para evitar riesgos en el área de Aulestia. Apareció Aitor para sentenciar, automatismo con Xavi Moré desde la llegada de Pacheta, pase al espacio para la diagonal por dentro del catalán; dos goles ante Eibar y Bilbao Athletic, penalty y expulsión ante el Alavés, sociedad ilimitada. Dituro a la calle, Morcillo acabó bajo palos porque Tomé quemó todas las naves en el 70’, hubo diez minutos de disfrute en el Tartiere.

La Liga se hará corta, la distancia ya es mayor respecto al descenso que respecto al quinto clasificado, entrar en Copa del Rey pasa a ser el objetivo azul aunque siempre con la mentalidad de partido a partido. Vuelve a haber hambre de fútbol en Oviedo, Pacheta ha conseguido algo que va más allá de los resultados y es que la ciudad tenga ganas de que llegue el Domingo para que ruede el balón. El Tartiere acabó coreándole, no hubo gesto tal hacia un entrenador desde Antonio Rivas en 2003. Toca disfrutar de la victoria aunque algunos ya piensen en #ganaralLemona.

Foto: lne.es