Lemona 0-1 Real Oviedo: la ilusión vuela

La salida más complicada de la nueva era y probablemente de lo que quedaba de temporada. Lemona es una plaza difícil, ya no tienen al diferencial Urko Vera pero el colectivo supo sobrevivir y los vascos se mantienen en la mitad alta de la clasificación con esperanzas coperas. Saben jugar las bazas de Arlonagusia, dimensiones reducidas, dificultad para jugar a ras de hierba, características básicas de un campo 'made in Euskadi'.

Pacheta no tocó el once, a este paso nos lo sabremos de memoria salvo cuando las lesiones y sanciones como la que impedirá a Aitor Sanz estar frente al Guijuelo condicionen la alineación. El partido fue un calco de lo esperado: juego directo y batalla aérea, ganar la prolongación y la segunda jugada clave, todos esperaban el error del contrario porque se sabía que el choque se decidiría con gol partita. El equipo va evolucionando, no es el mismo del partido ante el Eibar sino que añade variantes y pule los defectos.

Primer despazamiento con portería a cero desde el cambio de entrenador, mérito de más teniendo en cuenta que en Arlonagusia cada ataque es una ocasión. En la segunda parte el Real Oviedo entregó la manija al Lemona pero nunca perdió la compostura, aun sin dominio los azules supieron ser serios y ésa es la manera de recoger victorias. Defendiendo así basta con meter una de las ocasiones que genere el equipo, calidad sobra, Pacheta lo dijo en rueda de prensa. Acertó con los cambios, Jandro dio más presencía física y Perona aportó lo que Rubiato no pudo. La jugada del 0-1 de manual, el golpeo de Pascual para recordar.

Jorge Perona volvió a sentirse importante, entró en la rotación y participó en la jugada del gol, lo necesitaba. Salir del equipo es fácil si bajas la guardia una semana, entrar es muy difícil porque todo el que entra mantiene el nivel y aporta su cuota al colectivo. Pasó con López Ramos, con Rubiato y con Manu Busto; Perona se había caído de la lista pero la lesión de Jandrín le abrió las puertas, veremos quiénes son los elegidos para el Domingo que viene porque cada convocatoria con Pacheta es un privilegio y un premio por el nivel que va demostrando la plantilla en el día a día.

Dijo el técnico en la previa que si se ganaba en Lemona empezaría a sacar la calculadora, se refería a las cuentas para asegurar la permanencia matemática y nunca para el cuarto puesto. Tras el partido cambió el discurso: “no dejaré de pensar en el partido a partido, pero no le voy a quitar la ilusión a nadie de que piense lo que quiera, ni a mis jugadores ni a nadie”. La empresa es casi utópica, no hay que tener en cuenta solamente a Real Unión sino a Logroñés y Osasuna B sobre todo, también al resto que aún nos sobrepasan en la tabla. Pero Pacheta sabe que el año ha sido difícil para el oviedismo y que la esperanza de la afición es importante, con esta ilusión siembra las primeras semillas para el intento del año que viene.

Entrar en Copa del Rey empieza a ser viable, evitar la maldita Copa Federación es prioritario. Una competición que desprestigia al Club y que sólo ocasionaría pérdidas aunque aportase minutos de rodaje para los chicos del Vetusta y los inactivos de la primera plantilla. Paso a paso, antes de pensar en el cuarto habrá que pensar en el sexto. Llevamos velocidad de crucero, ahora todos pensamos en ganar lo que queda aunque enfrentarse a equipos con la vida en juego será un hándicap. Lo difícil se hace, lo imposible se intenta, nadie se atreve a decir que no lo conseguiremos.

Foto: Magazine Oviedista