Nueva derrota a domicilio, mismas sensaciones que de costumbre salvando el partido de Irún: cero tiros a puerta en noventa minutos hablan bien a las claras de lo que fue el Real Oviedo en Miranda del Ebro. No hubo cámaras de televisión pero tampoco hicieron falta pues se vio lo mismo que se viene viendo lejos del Tartiere esta temporada.
José Manuel volvió a echar mano de cinco defensas con Víctor Díaz como volante diestro ante la lesión de Xavi Moré y el sorprendente descarte de Jandro. Sorprendente por ser el único disponible para el puesto, no por el rendimiento dado por el canterano, que por otra parte, no difiere mucho del de sus compañeros. En un partido en el que se suponía que el Real Oviedo no tendría fútbol, y más viendo el once inicial, José Manuel prescindió de Miguel, único jugador de la plantilla sobre el que es posible construir algo a partir de la nada, aunque sea a base de fútbol directo y disputa.
Se volverá a apelar al orgullo, al valor, a la garra, al compromiso; más que a ellos, a la falta de los mismos. El fútbol es más complicado que todo eso, influyen muchísimos factores en la dinámica de un equipo. Parece un tópico pero cuando una plantilla destinada a cotas altas se encuentra en el fondo es difícil salir, se adentran de lleno en las arenas movedizas. Problemas de confianza en uno mismo, en el compañero, en un entrenador que no es tal. José Manuel es el primer culpable, por director deportivo y por responsable del primer equipo en la actualidad. No debe ni puede durar un minuto más a cargo de la plantilla. Y más que por los resultados, por lo que desprende hacia sus jugadores.
El Real Oviedo más que nunca necesita un motivador, alguien capaz de hacer creer a los jugadores en ellos mismos, de devolverles el gen competitivo. Ni siquiera hace falta un ‘Top’, sólo de alguien que domine la estrategia y trabaje las transiciones; pero sobre todo, alguien que sea respetado por la plantilla. Cualquier hombre de la casa con pasado a sus espaldas, desde Luis Manuel a Cristóbal o Jankovic, nunca Toño Velázquez, un ex – jugador de los que está al lado del Club y que sea capaz de comprender al futbolista y dominar la psicología. Que les haga ver dónde están y lo que tienen que dar.
Una situación así no se limpia de la noche a la mañana, se necesitan nuevos bríos y no sólo en el banquillo. Ahora más que nunca es necesaria la presencia de tres, cuatro o cinco chavales del Vetusta; jugadores sin miedo al fallo, con confianza para ser descarados y con una marcha más que los mayores. A ser posible, un jugador por línea: Ernesto, Jandrín, Espina, Carnero, Carlos, Pascual, David González, Artabe, muchos pueden ser válidos si son complementados con los capacitados a día de hoy del primer equipo. Salvemos a Aulestia, Gonzalo, Negredo, Pelayo, Aitor Sanz y Xavi Moré por lo visto las últimas semanas.
Encajando piezas más por eliminación que otra cosa, nos quedan: Aulestia, Artabe, Gonzalo, Negredo, Ernesto; Aitor Sanz, Pelayo, Xavi Moré, Jandrín; Espina y Carlos a la espera del ‘regreso’ de Perona si es que llega. Alternativas con Víctor Díaz, Jorge Rodríguez, Pascual, Miguel y alguno más. Con la cantera te garantizas frescura, descaro y el apoyo vital del Carlos Tartiere pues desde hoy cada partido en casa se convierte en una final, comenzando por el del Domingo ante el Sporting B.
Repito, no es problema de actitud en líneas generales. El subir a los chavales del Vetusta no quiere decir que ellos sientan la camiseta y los otros no, el fútbol es mucho más que todo eso. Valdano dice que es un estado de ánimo, podría ser. Si la salida es la adecuada o no lo desconozco, sí sé que es la única que tenemos porque por el mismo camino este equipo se va a Tercera División. El primer paso, que José Manuel sea valiente y consecuente: si los números de Pichi Lucas le echaron a la calle, a él también.
José Manuel volvió a echar mano de cinco defensas con Víctor Díaz como volante diestro ante la lesión de Xavi Moré y el sorprendente descarte de Jandro. Sorprendente por ser el único disponible para el puesto, no por el rendimiento dado por el canterano, que por otra parte, no difiere mucho del de sus compañeros. En un partido en el que se suponía que el Real Oviedo no tendría fútbol, y más viendo el once inicial, José Manuel prescindió de Miguel, único jugador de la plantilla sobre el que es posible construir algo a partir de la nada, aunque sea a base de fútbol directo y disputa.
Se volverá a apelar al orgullo, al valor, a la garra, al compromiso; más que a ellos, a la falta de los mismos. El fútbol es más complicado que todo eso, influyen muchísimos factores en la dinámica de un equipo. Parece un tópico pero cuando una plantilla destinada a cotas altas se encuentra en el fondo es difícil salir, se adentran de lleno en las arenas movedizas. Problemas de confianza en uno mismo, en el compañero, en un entrenador que no es tal. José Manuel es el primer culpable, por director deportivo y por responsable del primer equipo en la actualidad. No debe ni puede durar un minuto más a cargo de la plantilla. Y más que por los resultados, por lo que desprende hacia sus jugadores.
El Real Oviedo más que nunca necesita un motivador, alguien capaz de hacer creer a los jugadores en ellos mismos, de devolverles el gen competitivo. Ni siquiera hace falta un ‘Top’, sólo de alguien que domine la estrategia y trabaje las transiciones; pero sobre todo, alguien que sea respetado por la plantilla. Cualquier hombre de la casa con pasado a sus espaldas, desde Luis Manuel a Cristóbal o Jankovic, nunca Toño Velázquez, un ex – jugador de los que está al lado del Club y que sea capaz de comprender al futbolista y dominar la psicología. Que les haga ver dónde están y lo que tienen que dar.
Una situación así no se limpia de la noche a la mañana, se necesitan nuevos bríos y no sólo en el banquillo. Ahora más que nunca es necesaria la presencia de tres, cuatro o cinco chavales del Vetusta; jugadores sin miedo al fallo, con confianza para ser descarados y con una marcha más que los mayores. A ser posible, un jugador por línea: Ernesto, Jandrín, Espina, Carnero, Carlos, Pascual, David González, Artabe, muchos pueden ser válidos si son complementados con los capacitados a día de hoy del primer equipo. Salvemos a Aulestia, Gonzalo, Negredo, Pelayo, Aitor Sanz y Xavi Moré por lo visto las últimas semanas.
Encajando piezas más por eliminación que otra cosa, nos quedan: Aulestia, Artabe, Gonzalo, Negredo, Ernesto; Aitor Sanz, Pelayo, Xavi Moré, Jandrín; Espina y Carlos a la espera del ‘regreso’ de Perona si es que llega. Alternativas con Víctor Díaz, Jorge Rodríguez, Pascual, Miguel y alguno más. Con la cantera te garantizas frescura, descaro y el apoyo vital del Carlos Tartiere pues desde hoy cada partido en casa se convierte en una final, comenzando por el del Domingo ante el Sporting B.
Repito, no es problema de actitud en líneas generales. El subir a los chavales del Vetusta no quiere decir que ellos sientan la camiseta y los otros no, el fútbol es mucho más que todo eso. Valdano dice que es un estado de ánimo, podría ser. Si la salida es la adecuada o no lo desconozco, sí sé que es la única que tenemos porque por el mismo camino este equipo se va a Tercera División. El primer paso, que José Manuel sea valiente y consecuente: si los números de Pichi Lucas le echaron a la calle, a él también.