Aitor Sanz, pulmón azul

Ilusionó con su llegada, el mediocentro total que rechazó seguir en el Unión de Irún tras su buen año en Segunda para vestir de azul. Intercambio de cromos, para nosotros Aitor Sanz y para los vascos Rubén García, una pena no verlos juntos en el mismo equipo porque apuntan a pareja perfecta. Con el gallego no hubo paciencia en Oviedo, se le pidió su trabajo y el de un bregador cuando el que penalizaba en lo defensivo era Curro.

El madrileño venía para solidificar la zona ancha con Falcón. Llegó lesionado y se perdió la pretemporada, empezó en desventaja y lo notó. Falcón desapareció pronto, tras asombrar ante Eibar y Murcia en Copa del Rey abdicó, nunca más volvió a ser importante quitando esos dos partidos del mes de Agosto. Aitor se convirtió en el pilar único del mediocampo, Castells no tuvo continuidad y las pequeñas lesiones lastran a Pelayo. Parece que Pacheta apostará por Pascual en la zona ancha, parte con la pole el ovetense aunque llegue sin hacer ruido desde el Vetusta.

Pulmón incansable, ojalá en Segunda B hubiese la tecnología para calcular los kilómetros recorridos por los jugadores porque más de uno se llevaría las manos a la cabeza al ver los datos de Aitor Sanz. Está en todos lados, corre en exceso y el objetivo de Pacheta con él y todo el equipo debe ser el de conseguir correr menos pero mejor. Con Pichi Lucas y José Manuel se perdía entre dos aguas, el equipo se partía y los dos medioscentros abarcaban demasiado campo, no había retorno de los volantes ni del mediapunta para tapar líneas de pase. Aitor recogía el balón de los centrales y llegaba a zona de 3/4 en conducción, nadie se ofrecía en el juego combinativo y tras pérdida era el único que volvía o buscaba la falta táctica para dar aire. Trece amarillas y dos rojas lo dicen todo.

El Domingo cambió el horizonte, prohibición de conducción y de riesgos, obligación de jugar a pocos toques y buscar la verticalidad pero con el pase a la espalda de los laterales. Xavi Moré y Nano lanzados al espacio siempre, línea defensiva del Eibar adelantada, un paraíso para que Aitor y Pascual rompiesen con un toque. Así llegó el 1-0, anticipación del madrileño en la disputa y Xavi en mano a mano con Iruretagoyena. El equipo estuvo junto, no hubo fisuras; Pelayo entró para ayudar cuando el físico flaqueó para proteger las amarillas de los dos medioscentros.

Omnipresente, multiusos, Aitor Sanz es chico para todo. Generoso en el esfuerzo y valiente con el balón en los pies. Nadie duda de que el madrileño es el fichaje que mejor rendimiento está dando en lo que va de temporada y seguramente uno de los pocos futbolistas de la plantilla salvado por la afición durante los días oscuros. Quizá el del Domingo sea el punto de inflexión y el mediocentro azul ya no sea el único de los nuevos en tener el beneplácito de la afición. Negredo caló desde el primer día y Nano lleva dos meses haciendo méritos, se necesita el paso adelante de algunos fichajes para cubrir el vacío que deja Manu Busto.

Necesita Pacheta afianzar la rotación, tres son los elegidos con Castells en la recámara y Falcón como refuerzo de vestuario. Aitor Sanz y Pascual se complementan, el segundo aporta criterio, pausa y cambio de juego, posee el desplazamiento en largo que nadie tiene en la plantilla. Pelayo es llegada y disputa, no es mediocentro posicional porque el ímpetu le puede pero es un excelente llegador desde segunda línea, Ovieditis siempre le colocó de ‘8’ y no de ‘6’. El madrileño es el pegamento de todo, el nexo de unión, el mediocentro total. Sobre él girará el nuevo Real Oviedo, la prueba de fuego es la continuidad.

Foto: lne.es