Ipurúa, más que tres puntos

Competir en Ipurúa, ése debe ser el objetivo del Real Oviedo el Domingo. Los azules ahora mismo no tienen fútbol, ni confianza ni mando suficientes como para pensar en cotas más altas que no sean pelear cada partido, no regalar puntos y no ser presa fácil para los rivales como se fue para el Mirandés en el Tartiere. Las cifras no son prioritarias, recortar al Eibar o al Alavés no debe ser a día de hoy el propósito inmediato de los carbayones pues los puestos de arriba están demasiado lejos.

Convocatoria sin sorpresas, Pichi Lucas se lleva a todos los disponibles con excepción de Ernesto y Artabe, que se irán con el Vetusta, y Nano, que desaperece de la lista por segunda jornada consecutiva. Mal comienzo de temporada el del malagueño, sin desborde, sin chispa y con dudas sobre su actitud, al menos de puertas afuera. No es si no uno más, el Real Oviedo debería replantearse la política de fichajes y ofertar contratos con un sueldo fijo, un plus por partidos jugados y otro por los resultados colectivos. Implicación y rendimiento, se elimina el riesgo de que un jugador con sueldo estratosfético vea los partidos desde la grada. Y el que no quiera venir, que no venga.

Todos conocemos al Eibar y también Ipurúa. Dimensiones reducidas, campo estrecho, fútbol directo por antonomasia. Ahora mismo los azules no tienen capacidad para llevar el partido a su terreno y ganar con sus armas; si quiere competir deberá hacerlo jugando a lo mismo que al Eibar, y buscando anular al rival más que otra cosa. Seguramente Pichi apueste de nuevo por el mal llamado trivote con Jorge o Gonzalo, uno de los dos, como pivote defensivo ayudando a Falcón y Castells en la batalla aérea. Con Perona fijo en el ataque, Rubiato, Manu Busto y Jandro se disputarán las otras dos plazas. El cántabro era intocable hasta el Molinón, a Pichi Lucas no le tembló el pulso para sentarlo a la media hora.

Los cambios de sistema no salen bien. Desconozco si por incapacidad para transmitir el mensaje o si por ausencia de trabajo de repetición durante la semana, el caso es que el Oviedo no funciona ni funcionó el año pasado con tres medioscentros sobre el césped, ni en el Tartiere ni a domicilio. Las bajas lastran la línea defensiva y el mediocampo, sin Richi, Pelayo ni Aitor no es fácil plantearse el jugar con tres centrales. Si Mandiola saca dos puntas altos el balón estará más en el aire que en el verde, el 5-3-2 será obligado porque un hombre de la zaga siempre ha de estar libre y atento a las prolongaciones, ayudas y segundas jugadas. En una defensa de cuatro el ‘tercer central’ es el pivote pero en Ipurúa dejar sólos a Castells y Falcón para la disputa aérea no parece lo ideal.

Víctor Díaz y Juanma como carrileros, obligación de abrir el campo y dar profundidad en ataque, Ipurúa no exige de grandes ni largos esfuerzos para aportar en las dos fases. Negredo y López Ramos como centrales por ser los mejores en la disputa áerea, Jorge Rodríguez como hombre libre un par de metros por detrás. El gallego es colocación, sin marca destaca más. Sería el responsable de iniciar la jugada desde atrás, buscar la referencia de Rubiato si los armeros apretan o enlazar con Falcón si el Oviedo se crece en el partido.

Gonzalo en el pivote, ayuda aérea para los dos centrales y liberación para que Falcón y Castells sean los que vayan a la segunda jugada. Tan importante es ganar el salto como la posterior disputa a ras de suelo, habrá que acumular hombres por dentro si el Eibar se olvida de jugar por abajo. Tienen a Lanzarote, extraña ver a un pelotero como él en el conjunto vasco como en su día se hacía raro comprender qué hacía Silva jugando como local en Ipurúa. En su etapa aquí el equipo jugó en su contra, nunca pudo dar lo que tenía dentro pero en el Sant Andreu demostró ser uno de los mejores jugadores de Segunda B. Arma de doble filo, puede ser un perfecto lanzador del juego directo o condicionar a su equipo para cambiar el estilo de los armeros.

Perona y Rubiato para buscar el gol, doble ‘9’ en el Oviedo. El madrileño es referencia aérea, tiene cuerpo para la batalla y deberá marcar diferencias. Perona a la prolongación, ruptura en vertical si se busca a Rubiato por arriba o caídas a bandas y juego entre líneas si los azules salen tocando por abajo. Manu Busto sigue sin aparecer e Ipurúa no es el mejor escenario para su fútbol. El perjudicado con el 5-3-2 sería Jandro, se merece los minutos pues es el único jugador de banda que ha cumplido mínimamente y que ha aportado algo al comienzo de Liga del Real Oviedo.

Mañana veremos el falso 4-3-3, no cabe duda. Con bandas o sin ellas, Rubiato cuenta con más opciones de salir de inicio y condenar a Manu o a Jandro al banquillo. Competir, hacer sudar al Eibar, el Caudal le tuvo contra las cuerdas. Recuperar la confianza es el primer paso, ver que se lucha de tú a tú sería un impulso importante. En Ipurúa nos jugamos más de tres puntos, nos jugamos los siguientes seis puesto que de la imagen que se dé ante los de Mandiola dependerá la manera de afrontar los próximos partidos.