El Vetusta llama a la puerta

No hay resultados, fichajes de relumbrón no entran ni en las lista de convocados y hombres clave la temporada pasada no han vuelto de las vacaciones. Cuatro en el punto de mira: Nano y Juanma se llevan la palma, Xavi Moré y Manu Busto también señalados. El cántabro no genera dudas, es la excepción que confirma la regla porque todos sabemos de lo que es capaz, démosle tiempo como necesitó hace un año. No debe jugar por decreto pero sí sabemos que aparecerá en cualquier momento. El resto es otra cosa.

El primero es la mayor decepción hasta el momento por ser uno de los hombres en los que se depositaron más esperanzas al comienzo de la pretemporada. Llegó de Cádiz, prometía en los amistosos, decían que Nano era desborde y centro medido pero con la camiseta del Real Oviedo no demuestra, no llega. Sin chispa, ni velocidad, cero explosividad, incluso cierto síntoma de apatía de puertas afuera. No hay banda izquierda, la alternativa para Pichi Lucas es Manu Busto y a día de hoy tampoco está, los azules renuncian a abrir el campo porque solamente Jandro mantiene el tipo y da un cierto rendimiento.

Tampoco Juanma, un centrocampista que llegó para cubrir el lateral. Errores de concepto y de concentración, aúna de los dos. Debilidad que cuesta puntos, si no le ganan la espalda se le anticipan en el segundo palo tras centro desde el lado contrario. No aporta en ataque como hace Víctor Díaz para minimizar la carencia defensiva, también sufre de la nula profundidad de su costado y de la falta de ayudas de su volante, como ocurrió en Ipurúa. Señalado como el que más, el técnico espera a Richi pero en casa tiene otra alternativa que ya ha demostrado que merece al menos la oportunidad de la continuidad para confirmarse o renunciar.

Xavi Moré cierra el círculo. Dos meses nunca pueden justificar un año. En Diciembre y Enero mostró su mejor cara, tiró del carro azul e inició la remontada con aquel gol salvador en Valdebevas. El catalán era desborde en el 1vs1, profundidad, velocidad y gol. Se apagó con el paso de las semanas, todos lo achacamos a la falta de pretemporada pero ha comenzado desaparecido igual que terminó la anterior. La paciencia se agotó tras el descalabro ante el Pontevedra y nadie puede vivir de rentas, el pasado se olvida pronto. O aparece pronto o se condena.

El ascenso del Vetusta fue la única alegría del curso pasado, oasis tras el fiasco del primer equipo y el injustificable descenso del División de Honor. En verano se hicieron las cosas bien, no se llenó la plantilla con Limones, Fascianas o Keitas sino que se apostó por gente joven, chavales con pasado oviedista como Jhony, Pascual o Prosi o futbolistas con proyección en Tercera como Joaquín Peña. Se dio continuidad a los que ya estaban, Jandrín, Ernesto, Nico, Artabe, todos siguen siendo claves. Por fin el Vetusta se convirtió en un filial satélite de verdad, un equipo y una categoría en la que los chavales podían ganarse el derecho a soñar.

Tres de ellos llaman a la puerta de Pichi Lucas con fuerza, los tres merecen la oportunidad el Domingo en el Tartiere, tanto por méritos suyos como por deméritos de los demás. Ernesto, Jandrín y Jhony para apuntalar las bandas y cubrir las tres posiciones débiles. Uno en el lateral izquierdo donde ya ha demostrado que puede actuar sin problemas: cierra, aguanta en el 1vs1 y sube con criterio. Los otros dos son a día de hoy lo que no son ni Xavi Moré ni Nano: descaro, atrevimiento, chispa, punta de velocidad. Jhony demostró en el Molinón que se puede contar con él y Jandrín está siendo el jugador franquicia de un Vetusta que empieza a cogerle el tono a la Tercera y que está a tiro de los puestos de privilegio de la categoría.

Si son capaces de competir en los entrenamientos podrán hacerlo el Domingo en el Tartiere ante el Peña Sport. El DNI no importa, las actuaciones y los momentos sí, es imposible que los tres chavales lo hagan peor que los que ya están. Tienen cualidades, les falta la oportunidad. Si queríamos al Vetusta en Tercera era para contar con él y que fuese de provecho para la entidad, y no para pasear al filial por los campos donde no hace mucho paseaba el primer equipo. Pichi Lucas tiene la palabra. Sea cual sea su destino, que al menos llegue con las botas puestas y la valentía por delante.