Dictador-ra: 1. Soberano que recibe o se otorga el derecho de gobernar con poderes absolutos y sin someterse a ninguna ley. 2. Se aplica a la persona que abusa de su superioridad, de su fuerza o de su poder en su relación con los demás.
El señor Alberto González, máximo accionista del Real Oviedo, otrora enterrador del Balonmano Naranco y en la actualidad personaje perseguido por la Justicia, encaja perfectamente en esta definición si repasamos sus actitudes para con el Club desde que se hizo con el (des)control del mismo a finales del 2006. Sólo el miedo y el interés propio pueden justificar las actuaciones de este individuo para con la afición del Real Oviedo en todo este tiempo, agravándose sobre todo en los últimos meses.
El oviedismo está en contra de su gestión, motivos no le faltan. Allá por el mes de Noviembre la APARO llevó a cabo entre la afición azul una encuesta sobre la gestión de quienes mandan, que tuvo lugar en los aledaños del Carlos Tartiere en las previas de dos partidos de Liga. Los resultados fueron esclarecedores pero desde el Consejo de Administración y en boca de José Ramón Prado se le restó credibilidad a la misma. El acoso y derribo comenzaba, dos ex – presidentes azules, Eugenio Prieto y Don Manuel Lafuente no tardaron en salir a la palestra para criticar la gestión y los modos de los actuales dirigentes, a lo que desde el Consejo reaccionaron publicando un panfleto llamado “Real Oviedo Sí!”, medio por el cual intentan acallar y ocultar la verdadera voz del oviedismo mediante mentiras y calumnias.
Esta semana que está a punto de concluir llegó la gota que colmó el vaso. La afición azul, en plena goleada al Vecindario, mostró su malestar hacia Alberto González sacando pancartas y cartulinas por todo el Carlos Tartiere. Desde el club se intentó de todas formas que tales muestras de rechazo no llegasen al Estadio ni tampoco a las gradas. Durante los días previos al partido diferentes empleados del club impidieron a los aficionados acceder a las sedes que sus peñas tienen en los bajos del Tartiere para evitar la realización de las pancartas; durante el encuentro las puertas de algunos de esos locales aparecieron con candados para evitar que los carteles no viesen la luz. Hasta 47 candados llegaron a utilizar, todo en vano. La voz de la afición no se puede acallar.
La censura llega al punto de que la nueva portavoz del Consejo, Paula Calleja, impide a los medios de comunicación acceder a determinadas zonas del Estadio a las que siempre tuvo acceso. El propio Yeray Ortega lo vivió en sus carnes cuando tras el Real Oviedo –Vecindario no se permitió que una serie de aficionados que querían saludar al ex – jugador azul tuvieran acceso al parking del Estadio. Tuvo que ser el canario quien se viese obligado a ascender la rampa de acceso al subterráneo para saludar a esos amigos que dejó durante su etapa en el Club.
En el periódico que hace unos tres meses se edita bajo el auspicio de la entidad, se aseguraba el pasado lunes que «obedientes a las consignas enviadas desde el más allá, los aficionados desenrollaron unos folios con el mensaje "Alberto vete ya"».
Además, se alude a la «cobardía» de quienes mostraron los carteles y pancartas porque «la complicidad de la nocturnidad y los locales que el Ayuntamiento de Oviedo cede a los peñistas envalentona a los que no se atreven a entrar por la puerta con el cartel por delante».
Lo que parece claro es que los mensajes de las pancartas desplegadas como «Alberto, ni en la Champions te queremos» o «Gabino: ¿Con el Oviedo o con Alberto González?», molestan al máximo accionista, que cada vez se quedando más solo y podría perder el apoyo municipal que desde su llegada sustenta a la entidad. De hecho en el consejo son varios los miembros que, en privado, asumen que la situación es insostenible.
Váyase señor González, váyase. Su sola presencia, su idiosincrasía y sus modos son una provocación para la verdadera afición oviedista. Nuestra voz no puede ser silenciada, ni siquiera con un ascenso. El principal damnificado y derrotado será usted siempre, pregúntele a quienes se atrevieron a enfretarse a nosotros, usted los conoce muy bien.
Hala Oviedo. Volvemos.
Carta de Guillermo Suárez a Ovieditis. Muchas gracias.
El señor Alberto González, máximo accionista del Real Oviedo, otrora enterrador del Balonmano Naranco y en la actualidad personaje perseguido por la Justicia, encaja perfectamente en esta definición si repasamos sus actitudes para con el Club desde que se hizo con el (des)control del mismo a finales del 2006. Sólo el miedo y el interés propio pueden justificar las actuaciones de este individuo para con la afición del Real Oviedo en todo este tiempo, agravándose sobre todo en los últimos meses.
El oviedismo está en contra de su gestión, motivos no le faltan. Allá por el mes de Noviembre la APARO llevó a cabo entre la afición azul una encuesta sobre la gestión de quienes mandan, que tuvo lugar en los aledaños del Carlos Tartiere en las previas de dos partidos de Liga. Los resultados fueron esclarecedores pero desde el Consejo de Administración y en boca de José Ramón Prado se le restó credibilidad a la misma. El acoso y derribo comenzaba, dos ex – presidentes azules, Eugenio Prieto y Don Manuel Lafuente no tardaron en salir a la palestra para criticar la gestión y los modos de los actuales dirigentes, a lo que desde el Consejo reaccionaron publicando un panfleto llamado “Real Oviedo Sí!”, medio por el cual intentan acallar y ocultar la verdadera voz del oviedismo mediante mentiras y calumnias.
Esta semana que está a punto de concluir llegó la gota que colmó el vaso. La afición azul, en plena goleada al Vecindario, mostró su malestar hacia Alberto González sacando pancartas y cartulinas por todo el Carlos Tartiere. Desde el club se intentó de todas formas que tales muestras de rechazo no llegasen al Estadio ni tampoco a las gradas. Durante los días previos al partido diferentes empleados del club impidieron a los aficionados acceder a las sedes que sus peñas tienen en los bajos del Tartiere para evitar la realización de las pancartas; durante el encuentro las puertas de algunos de esos locales aparecieron con candados para evitar que los carteles no viesen la luz. Hasta 47 candados llegaron a utilizar, todo en vano. La voz de la afición no se puede acallar.
La censura llega al punto de que la nueva portavoz del Consejo, Paula Calleja, impide a los medios de comunicación acceder a determinadas zonas del Estadio a las que siempre tuvo acceso. El propio Yeray Ortega lo vivió en sus carnes cuando tras el Real Oviedo –Vecindario no se permitió que una serie de aficionados que querían saludar al ex – jugador azul tuvieran acceso al parking del Estadio. Tuvo que ser el canario quien se viese obligado a ascender la rampa de acceso al subterráneo para saludar a esos amigos que dejó durante su etapa en el Club.
En el periódico que hace unos tres meses se edita bajo el auspicio de la entidad, se aseguraba el pasado lunes que «obedientes a las consignas enviadas desde el más allá, los aficionados desenrollaron unos folios con el mensaje "Alberto vete ya"».
Además, se alude a la «cobardía» de quienes mostraron los carteles y pancartas porque «la complicidad de la nocturnidad y los locales que el Ayuntamiento de Oviedo cede a los peñistas envalentona a los que no se atreven a entrar por la puerta con el cartel por delante».
Lo que parece claro es que los mensajes de las pancartas desplegadas como «Alberto, ni en la Champions te queremos» o «Gabino: ¿Con el Oviedo o con Alberto González?», molestan al máximo accionista, que cada vez se quedando más solo y podría perder el apoyo municipal que desde su llegada sustenta a la entidad. De hecho en el consejo son varios los miembros que, en privado, asumen que la situación es insostenible.
Váyase señor González, váyase. Su sola presencia, su idiosincrasía y sus modos son una provocación para la verdadera afición oviedista. Nuestra voz no puede ser silenciada, ni siquiera con un ascenso. El principal damnificado y derrotado será usted siempre, pregúntele a quienes se atrevieron a enfretarse a nosotros, usted los conoce muy bien.
Hala Oviedo. Volvemos.
Carta de Guillermo Suárez a Ovieditis. Muchas gracias.