Partido trampa el de mañana en el Tartiere. Imbatibilidad azul en casa desde 2007, dos victorias consecutivas, buenas sensaciones en el juego, asalto a la segunda plaza, enfrente un rival en puestos de descenso; todo invita a bajar el nivel de intensidad y más cuando el playoff es inminente en el calendario.
Ganar lo de casa casi asegura el segundo puesto aunque matemáticas en mano debamos arañar algo en Lanzarote en caso de que el Guadalajara haga pleno de puntos en las cuatro jornadas de Liga Regular. Obligada la victoria también para seguir subiendo la autoestima de los oviedistas y de la plantilla, “el fútbol es un estado de ánimo” y llegar con la confianza por las nubes (que no exceso de la misma) a las eliminatorias será el primer paso para el ascenso.
No es el partido para las rotaciones. El Villanovense viene jugándose el descenso, saldrá con intensidad 200% porque sumar tres puntos y más en el Carlos Tartiere puede suponer el salto definitivo hacia su salvación. Además llegan en buen momento, dos victorias consecutivas en una semana para ver la luz al final del túnel. La Gimnástica no se jugaba nada, acumulaba bajas en todas sus líneas, era el día propicio para introducir cambios. Sí a las rotaciones, pero en el contexto adecuado; hay que saber gestionarlas.
Habrá que salir con todo, el rival herido siempre es el más peligroso. Once de gala, buscar goles para dar sensación de fortaleza y preparar el partido ante el Vecindario con calma sabiendo que los canarios vendrán sin nada en juego una vez el acceso a la Copa del Rey es casi imposible para ellos. Ése sí será partido para manejar descansos y minutos, no el de mañana. Toca asegurar puestos, mecanizar automatismos, que hombres como Rubén García, Pelayo o Manu Busto se asienten en sus nuevas posiciones. Importante que la pareja Gonzalo-Jorge Rodríguez siga sumando minutos y se asiente en el once, que recuperen sensaciones de comienzo de temporada como se intuyó ante el Real Madrid Castilla.
Los respiros para la segunda mitad, a ser posible con el marcador encarrilado y sin poner en peligro la victoria. Si no se gana de poco servirá que tal o cual jugador descansen la última media hora porque el precio pagado será demasiado alto. Todas las miradas señalan a Curro, al extremeño le falta aire cuando llega el minuto 70 de partido, con el 4-3-3 no está expuesto pero todo lo que conlleve una mejora en su estado físico será bienvenida.
Importante reubicar a algunos futbolistas en el nuevo dibujo, caso de Iván Ania o Rayco. Al canario ya le ha quedado claro que su sitio con el actual sistema es una de las dos bandas: velocidad, arrancada, profundidad, uno contra uno, diagonal hacia portería. Caso contrario es el del Príncipe, que deberá abandonar la línea de cal para buscar el centro, ser el suplente del ‘10’, el hombre más adelantado de la línea de tres en el mediocampo, el enganche. En otras palabras, la alternativa a Curro.
Sobrado en técnica y calidad, también en último pase y en disparo, todavía aúna potencia y colocación como antaño. En la nueva posición no tendrá el desgaste de perseguir al lateral ni de subir y bajar la banda una y otra vez; su misión será la de presionar tras pérdida y apoyar a Perona en el trabajo defensivo tapando línea de pase. Él y Manu Busto son los ideales para la posición con la diferencia de que el cántabro también puede dar lo mejor de sí mismo como falso ‘11’. Sería interesante ver a Iván Ania durante un rato como mediapunta para comprobar si se puede contar con él para el tramo decisivo.
Nada es seguro hasta el final, hay que jugar cada partido como si fuera el último porque todo son finales hasta que la calculadora diga que podemos tomarnos un respiro si es que lo llega a decir. Ganar y convencer, seguir creciendo. El asalto a la LFP está a punto.
Ganar lo de casa casi asegura el segundo puesto aunque matemáticas en mano debamos arañar algo en Lanzarote en caso de que el Guadalajara haga pleno de puntos en las cuatro jornadas de Liga Regular. Obligada la victoria también para seguir subiendo la autoestima de los oviedistas y de la plantilla, “el fútbol es un estado de ánimo” y llegar con la confianza por las nubes (que no exceso de la misma) a las eliminatorias será el primer paso para el ascenso.
No es el partido para las rotaciones. El Villanovense viene jugándose el descenso, saldrá con intensidad 200% porque sumar tres puntos y más en el Carlos Tartiere puede suponer el salto definitivo hacia su salvación. Además llegan en buen momento, dos victorias consecutivas en una semana para ver la luz al final del túnel. La Gimnástica no se jugaba nada, acumulaba bajas en todas sus líneas, era el día propicio para introducir cambios. Sí a las rotaciones, pero en el contexto adecuado; hay que saber gestionarlas.
Habrá que salir con todo, el rival herido siempre es el más peligroso. Once de gala, buscar goles para dar sensación de fortaleza y preparar el partido ante el Vecindario con calma sabiendo que los canarios vendrán sin nada en juego una vez el acceso a la Copa del Rey es casi imposible para ellos. Ése sí será partido para manejar descansos y minutos, no el de mañana. Toca asegurar puestos, mecanizar automatismos, que hombres como Rubén García, Pelayo o Manu Busto se asienten en sus nuevas posiciones. Importante que la pareja Gonzalo-Jorge Rodríguez siga sumando minutos y se asiente en el once, que recuperen sensaciones de comienzo de temporada como se intuyó ante el Real Madrid Castilla.
Los respiros para la segunda mitad, a ser posible con el marcador encarrilado y sin poner en peligro la victoria. Si no se gana de poco servirá que tal o cual jugador descansen la última media hora porque el precio pagado será demasiado alto. Todas las miradas señalan a Curro, al extremeño le falta aire cuando llega el minuto 70 de partido, con el 4-3-3 no está expuesto pero todo lo que conlleve una mejora en su estado físico será bienvenida.
Importante reubicar a algunos futbolistas en el nuevo dibujo, caso de Iván Ania o Rayco. Al canario ya le ha quedado claro que su sitio con el actual sistema es una de las dos bandas: velocidad, arrancada, profundidad, uno contra uno, diagonal hacia portería. Caso contrario es el del Príncipe, que deberá abandonar la línea de cal para buscar el centro, ser el suplente del ‘10’, el hombre más adelantado de la línea de tres en el mediocampo, el enganche. En otras palabras, la alternativa a Curro.
Sobrado en técnica y calidad, también en último pase y en disparo, todavía aúna potencia y colocación como antaño. En la nueva posición no tendrá el desgaste de perseguir al lateral ni de subir y bajar la banda una y otra vez; su misión será la de presionar tras pérdida y apoyar a Perona en el trabajo defensivo tapando línea de pase. Él y Manu Busto son los ideales para la posición con la diferencia de que el cántabro también puede dar lo mejor de sí mismo como falso ‘11’. Sería interesante ver a Iván Ania durante un rato como mediapunta para comprobar si se puede contar con él para el tramo decisivo.
Nada es seguro hasta el final, hay que jugar cada partido como si fuera el último porque todo son finales hasta que la calculadora diga que podemos tomarnos un respiro si es que lo llega a decir. Ganar y convencer, seguir creciendo. El asalto a la LFP está a punto.