Real Oviedo 3-2 Conquense: victoria clave

Partido difícil, rival en racha, en puesto de playoff. Llegó el Conquense sin hacer excesivo ruido porque accedió al cuarto puesto durante semana, la euforia era oviedista por haber llegado el Domingo pero quienes ocupaban puestos de privilegio eran los manchegos. Por suerte, cuerpo técnico, jugadores y afición están alerta, todos sabíamos de la importancia de este partido y el Tartiere no defraudó. Más de 9000 espectadores desafíando los 2ºC del comienzo, alguno menos al final.

Inicio de tanteo, el Conquense mostraba intenciones de quitarle el balón a los azules y dominar el juego. Pero si por algo destaca éste Real Oviedo es por la pegada; como ya destaqué la semana pasada nuestro talón de Aquiles es ahora nuestra mayor virtud. Defensa adelantada, diagonal al espacio de Xavi Moré y pase de ‘quaterback’ de Curro; control de genio, la pincha como los ángeles, en otra categoría la jugada saldría en todas las televisiones. Define perfecto, toque rápido para evitar al central y la salida del portero, 1-0 y todo de cara a los cuatro minutos.

El tanto fue un mazazo para el Conquense, todavía estaba asimilándolo cuando Xavi Moré encaró en el 1vs1, es diferencial; la puso en el corazón del área pequeña para que Perona finalizase. No nos olvidemos del mérito de Manu Busto en el tanto, desmarque de arrastre para llevarse consigo a dos rivales y permitir que Jorge recibiese solo. 2-0 a los siete de partido, sensación de trabajo hecho y de camino de rosas cuando quedaba mucha tela por cortar.

Liberación para los blanquillos, ausencia de presión, todo por ganar y nada que perder. Empezaron los de Eloy a hacerse con la posesión, Elías y Cubillo manejaron el centro del campo con la ayuda de la línea de tres mediaspuntas pidiéndola a las espaldas de Curro y Rubén García. Silva, Gato y Juanjo con libertad para bajar a recibir, ninguno se abría sino que trenzaban por dentro; los azules corrían detrás de la pelota. Dejaron los manchegos a Martins para la finalización, buscando el desmarque a la espalda de Jorge partiendo desde la posición de Artabe.

Buen partido el del central, debutar hoy era un examen difícil y lo pasó sin complicaciones. Expeditivo en el juego aéreo, no pasó apuros por abajo y no se complicó con la pelota en los pies, no arriesgó lo más mínimo porque las responsabilidades en la salida hoy debían de ser para Jorge Rodríguez. Demostró Artabe que se puede contar con él, que es una posibilidad más y no sería descabellado verle de nuevo en Cáceres por la sanción de Rubén González. Entrará de nuevo si Gonzalo no llega.



Sabemos que sufre este Real Oviedo sin el balón. Sin posesión, Rubén García, Curro o Manu Busto pierden el sentido del juego, hacerles correr detrás de la pelota es condenarles al sufrimiento. Nos quemaba la bola en los pies, el Conquense adelantó líneas, presionó arriba con muchos hombres y el recurso del pelotazo en largo fue la tónica habitual. Jorge debería haber aportado más tranquilidad en la salida, Xavi, Invernón y sobre todo Manu debieron ofrecerse más. Le dimos alas al rival, no creaban peligro pero sí ‘run run’ en cada llegada, en cualquier jugada aislada podía llegar el susto. Y llegó. Falta lateral, nos ganan la partida por arriba y dos rivales se plantan sólos ante Aulestia; ninguno llega al balón pero en la salida el guardameta choca con el punta, el árbitro señala un lamentable penalty y deja todo abierto para la segunda mitad.

Misma tónica en la reanudación, tan sólo una oportunidad de Busto tras robo en la salida de balón manchega nos hizo ver posible el 3-1; las sensaciones eran las mismas que en la primera parte, mover el banquillo era necesario porque la dinámica era peligrosa. Entró Jandro para meter una marcha más, para aportar desborde por banda. Una vez más hay que destacar la temporada del ‘7’: en menos de diez minutos provocó la pena máxima y después anotó el 3-1 tras el rechace del lanzamiento desde los once metros de Curro. Necesario otro chutador desde esa distancia, el extremeño sólo tiene dos opciones y siempre va a piñón fijo en lugar de jugar con el portero.

Entró Pelayo, cambio habitual en las últimas semanas, el Jueves será titular y no sería extraño que Pichi Lucas comienze a apostar por él en el once inicial más habitualmente. Centímetros, juego aéreo y coberturas, ayuda para no exponer a los centrales y juntar al equipo, el objetivo era proteger a Aulestia y evitar el correcalles. Llegó la tranquilidad, comenzaron los azules a tocar y vinieron los mejores minutos, el Conquense se fue del partido y el cuarto tanto pudo llegar en un par de ocasiones.

Pero sufrir es nuestro sino, es lo que somos. Artabe renqueante, no aguanta la explosividad de una salida y Martins se la lleva al espacio, encara a Aulestia sabiendo que el vasco no arriesgaría por tener una amarilla y define con tranquilidad a pesar de que Rubén González estuvo a punto de salvar sobre la línea. A muchos se nos vino a la cabeza el gol de Roberto Baggio a Zubizarreta en USA’94 con Abelardo intentando cortar bajo palos. 3-2, cuatro minutos de descuento y nervios a flor de piel. Tuvieron una, Rubén despejó providencialmente en el segundo palo cuando ya estaban listos dos rivales para remachar. Final feliz.

El Real Oviedo vuelve al cuarto puesto, nueva jornada redonda tras los tropiezos de Universidad de Las Palmas y Guadalajara. Rematar el 0-1 en Toledo nos coloca segundos y con jornadas por delante para iniciar la caza del primer puesto. Vital los 45’ del Salto del Caballo, hay que hacer bueno el tanto de Manu Busto en la nieve. Vamos a más, confianza por las nubes, afición volcada … impossible is nothing. Hay que seguir, luchar, entramos en la recta final , cada partido es importante; el calendario ahora da un respiro, sumar de tres en tres es el camino.

Fotos: Álvaro Campo