Vuelta a la normalidad, semana de entrenamientos en El Requexón tras las excursiones por la meseta de hace siete días y las sesiones en la Ciudad del Fútbol de las Rozas y los partidos de Toledo y Cáceres. Toca de nuevo Carlos Tartiere, nos hemos hecho fuertes en casa; hacer de nuestro Estadio un fortín es el primer paso para poder luchar en la batalla. Llevamos cinco victorias consecutivas en la Ería, no cedemos puntos desde mediados de Noviembre. Buena señal.
El Domingo nos visitará el Sporting B, la humillación convertida en partido. Inadmisible que se hable de derby: el único derby del Real Oviedo es ante el primer equipo rojiblanco y no ante su filial. Denominar de esta manera el próximo partido es un paso más en la tercerización, una ofensa a casi 84 años de historia. Los medios de comunicación intentarán vender una "semana especial", un "partido de rivalidad" ... hay que evadirse de los comentarios interesados, son insultos a la Institución. Poco que ganar y mucho que perder, ninguna victoria por abultada que sea nos permite sacar pecho, un traspié como el de la ida será motivo de burla durante mucho tiempo.
Los futbolistas azules lo saben, el ansia de vengar la derrota de la primera vuelta juegan en nuestra contra, también el temor a que sean ellos quienes acaben con nuestra racha. Debemos olvidarnos de todos los factores externos, se trata de un partido más, ante un rival de la zona baja y con jugadores motivados por el escenario. Características como las de cualquier otro filial, será clave despojarles del balón y no sufrir pérdidas en la salida, no permitir que los rojiblancos se acerquen a Aulestia para no darle alas a unos chavales con desparpajo y ganas de ganarse el corazón de su afición.
Recuperará Pichi Lucas a Rubén González para el Domingo, tan solo falta Gonzalo para completar la línea de defensa previsiblemente titular. El burgalés ya trota por El Requexón, su cuenta atrás ha comenzado. En el centro del campo la baja de Curro obliga a meter una variante, Pelayo tiene muchos números para formar junto a Rubén García: oportunidad importante, la afición le reclama para dar solidez al equipo y está en el escenario ideal, es su reválida. Debe demostrar que está preparado para el reto, que el año y medio que lleva con la primera plantilla le ha servido para ganar los galones necesarios para guiar al Real Oviedo en la fase de ascenso.
La línea de tres por delante será la habitual una vez que Invernón ha superado la sobrecarga que le impidió participar ante el Cacereño; también Perona repetirá como titular. El valenciano y Manu Busto deben jugar con las amarillas, tienen los partidos ante Sporting y Tenerife para forzar la quinta cartulina; el objetivo no es otro que estar en la batalla de Puertollano y limpiarse de cara al tramo final de temporada. Un equipo grande es aquel que maneja los detalles, el cuerpo técnico debe conocer la situación y hacérselo saber a los jugadores. Visitar al octavo clasificado sin nuestros dos hombres de arriba es un riesgo completamente innecesario.
La afición está preparada, esperemos que sea la última vez que la parroquia azul vea al filial del Sporting enfrentarse a su equipo. Hay que pasar el mal trago de la mejor manera, demostrándole una vez más a toda Asturias y a España cómo es la afición del Real Oviedo. El partido del Domingo debe ser un ejemplo de entrega, animación, pasión, fidelidad, y también de civismo. No les demos a los medios del régimen ni el más mínimo resquicio por donde intentar atacarnos.
Es el momento de seguir, luchar y ganar. El Alcorcón tiene dos partidos seguidos a domicilio, Vecindario y Atlético de Madrid; Yeray y Rivas intentarán echarnos una mano con todas sus fuerzas, quieren el liderato azul como cualquiera de nosotros. Ganar es la manera de recompensarles su esfuerzo, que no sea en vano. El objetivo es vencer cada partido, no importa el cómo ni el contra quién. Aún no.
El Domingo nos visitará el Sporting B, la humillación convertida en partido. Inadmisible que se hable de derby: el único derby del Real Oviedo es ante el primer equipo rojiblanco y no ante su filial. Denominar de esta manera el próximo partido es un paso más en la tercerización, una ofensa a casi 84 años de historia. Los medios de comunicación intentarán vender una "semana especial", un "partido de rivalidad" ... hay que evadirse de los comentarios interesados, son insultos a la Institución. Poco que ganar y mucho que perder, ninguna victoria por abultada que sea nos permite sacar pecho, un traspié como el de la ida será motivo de burla durante mucho tiempo.
Los futbolistas azules lo saben, el ansia de vengar la derrota de la primera vuelta juegan en nuestra contra, también el temor a que sean ellos quienes acaben con nuestra racha. Debemos olvidarnos de todos los factores externos, se trata de un partido más, ante un rival de la zona baja y con jugadores motivados por el escenario. Características como las de cualquier otro filial, será clave despojarles del balón y no sufrir pérdidas en la salida, no permitir que los rojiblancos se acerquen a Aulestia para no darle alas a unos chavales con desparpajo y ganas de ganarse el corazón de su afición.
Recuperará Pichi Lucas a Rubén González para el Domingo, tan solo falta Gonzalo para completar la línea de defensa previsiblemente titular. El burgalés ya trota por El Requexón, su cuenta atrás ha comenzado. En el centro del campo la baja de Curro obliga a meter una variante, Pelayo tiene muchos números para formar junto a Rubén García: oportunidad importante, la afición le reclama para dar solidez al equipo y está en el escenario ideal, es su reválida. Debe demostrar que está preparado para el reto, que el año y medio que lleva con la primera plantilla le ha servido para ganar los galones necesarios para guiar al Real Oviedo en la fase de ascenso.
La línea de tres por delante será la habitual una vez que Invernón ha superado la sobrecarga que le impidió participar ante el Cacereño; también Perona repetirá como titular. El valenciano y Manu Busto deben jugar con las amarillas, tienen los partidos ante Sporting y Tenerife para forzar la quinta cartulina; el objetivo no es otro que estar en la batalla de Puertollano y limpiarse de cara al tramo final de temporada. Un equipo grande es aquel que maneja los detalles, el cuerpo técnico debe conocer la situación y hacérselo saber a los jugadores. Visitar al octavo clasificado sin nuestros dos hombres de arriba es un riesgo completamente innecesario.
La afición está preparada, esperemos que sea la última vez que la parroquia azul vea al filial del Sporting enfrentarse a su equipo. Hay que pasar el mal trago de la mejor manera, demostrándole una vez más a toda Asturias y a España cómo es la afición del Real Oviedo. El partido del Domingo debe ser un ejemplo de entrega, animación, pasión, fidelidad, y también de civismo. No les demos a los medios del régimen ni el más mínimo resquicio por donde intentar atacarnos.
Es el momento de seguir, luchar y ganar. El Alcorcón tiene dos partidos seguidos a domicilio, Vecindario y Atlético de Madrid; Yeray y Rivas intentarán echarnos una mano con todas sus fuerzas, quieren el liderato azul como cualquiera de nosotros. Ganar es la manera de recompensarles su esfuerzo, que no sea en vano. El objetivo es vencer cada partido, no importa el cómo ni el contra quién. Aún no.