Universidad Las Palmas 3-0 Real Oviedo: decepción

El Oviedo fue incapaz de cerrar con buen broche una irregular primera vuelta que puede ser vista con el vaso medio lleno o medio vacío dependiendo de quién sea el observador. La derrota por 3-0 ante el Universidad de Las Palmas es tan injusta como clara en cuanto a las conclusiones que se deben sacar del resultado y del partido.

A día de hoy los azules no pueden competir por el primer puesto, y no precisamente por déficit de calidad si no por pegada y empaque. Los canarios anotaron dos goles en sus dos llegadas de la segunda parte, cedieron totalmente la iniciativa al Real Oviedo para correr detrás del balón y mantener a cinco hombres en las inmediaciones de su área para proteger al guardameta Santi Lampón; ni siquiera buscaron un contragolpe que matase el partido mucho antes, si no que se encontraron con el segundo tanto tras un error infantil de Rubén García en la transición.

Los partidos se ganan haciendo goles y al Real Oviedo le cuesta horrores marcar, sobre todo cuando tiene que atacar a un equipo que se encierra con 10 futbolistas de campo en 40 metros. Se paga una mala planificación, un solo ‘9’ en la plantilla que ni siquiera es goleador (Miguel) y tres segundos puntas que no están viendo puerta (y a pesar de ello Manu Busto es el máximo artillero del equipo con cinco tantos). Lo fácil ahora sería recriminar a José Manuel el fichaje de Rayco pero el gran canario venía con un buen currículum a sus espaldas; el desastre viene en que esta plantilla no tiene un killer del área, pero sí cuatro cromos repetidos mientras adolecemos de un matador.

El mercado de invierno nunca es garantía de nada, y menos en este Club. Pero si de verdad se quiere aspirar al ascenso y no conformarse con luchar por la cuarta o tercera plaza, el equipo necesita al menos un par de fichajes. Sobre el césped, además de carecer de instinto asesino, se peca de previsibilidad: la única opción de desborde que tiene el RO sobre el campo es Xavi Moré; Pichi Lucas lo sabe pero el rival también, sólo es necesario un 2vs1 para cortar la vía por la que los azules pueden hacer daño. En banda izquierda no existe un regateador, ni nadie que apure hasta la línea de fondo para colgar el balón o dar el pase de la muerte, no existe profundidad en ese costado.

Armando Invernón ha estado cumplidor en las últimas semanas pero es obvio que no está al nivel de su compañero en banda derecha. Iván Ania puede dar mucho más, pero el físico no acompaña y parece no estar para 90 minutos; aún así, su ostracismo con Pichi Lucas es inexplicable, y más teniendo en cuenta que se trata de un jugador que en una acción a balón parado o en una jugada aislada puede decidir un partido. La opción de emergencia en el carril del ‘11’ está siendo Manu Busto, que adolece de chispa para desbordar y que siempre busca el interior. Tanto pecado tiene el no contar con un goleador como el no contar con un extremo zurdo de garantías.

La receta para desactivarnos es fácil: ayudas en defensa al lateral izquierdo y pivote entre líneas para evitar que Manu Busto se gire, planteamiento 4-1-4-1 y a correr. Sin Miguel no existe recurso del juego aéreo, y sin extremo zurdo no hay alternativa para ensanchar el campo. Un adversario de calidad como el ULP o como a los que nos enfrentaremos en las próximas semanas (Alcorcón, Guadalajara) nos creará problemas con muy poco, no tanto en ataque (que también), si no en defensa. A la estrategia se le insulta una y otra vez en cada lanzamiento de córner o falta lateral: saque de Curro al primer palo para que un defensa despeje con facilidad o envío muy bombeado al segundo palo buscando a Gonzalo pero con toda la ventaja para el portero rival. No entiendo la fijación de Pichi Lucas en que sea el extremeño quien bote este tipo de acciones cuando está dejando clara su incompetencia en este sentido. La plantilla cuenta con lanzadores como Iván Ania, Manu Busto, Xavi Moré o incluso Rubén García, hay variantes para salirnos un poco de la rutina y probar cosas nuevas.



Desde el banquillo hay muchas cosas a mejorar, además del entrenamiento de las jugadas de estrategia. La lista de convocados de hoy fue una pantomima: 17 futbolistas, cuatro medioscentros, un volante zurdo tocado e Iván Ania quedándose en Oviedo. Entre los que se vistieron de corto, tres cartas iguales (Rayco, Manu Busto y Villanueva); meter a Chicho fue contraproducente, y no por la aportación del mierense pero sí por el embudo que se formó en ataque al pasar a Manu Busto a la banda izquierda. El Oviedo no necesitaba un cambio de jugador por jugador entre líneas si no alguien que aportase profundidad y desborde en el flanco zurdo.

Hoy el vaso se ve medio vacío, pero quedan 19 jornadas por delante y todos nosotros hubiésemos firmado hace mes y medio sumar trece de los últimos dieciocho puntos posibles habiendo jugado cuatro partidos a domicilio. Llega la cuesta de Enero, recuperamos a un activo importante como Miguel y es la hora de dar el ‘do de pecho’. Tres puntos valen mucho en esta categoría, encadenar una serie de buenos resultados te mete arriba del todo y más cuando te enfrentas a rivales directos en las próximas semanas.

El juego no es malo, falta lo que todos sabemos pero os animo a que me citéis a dos equipos que fuesen superiores o que hiciesen más méritos que el Real Oviedo para llevarse la victoria. A uno lo tenemos claro, el único rival que intentó jugar al fútbol de tú a tú; el resto se dedicó a buscar el juego directo, a esperar nuestro error individual. Concentración y pegada, ésa es la receta para salir de aquí. No hace falta mucho más, y no porque la Segunda B sea dura, si no por eso precisamente, porque esto es Segunda B y no la Champions League.