Real Oviedo 2-0 Lanzarote por Drakkarblue

Tras el decepcionante, por la manera de producirse, punto obtenido en Vecindario se presentaba en el Carlos Tartiere el colista Lanzarote en uno de los típicamente denominados partidos 'trampa', ya que el conjunto canario visitaba el coliseo azul con un paupérrimo bagaje a domicilio de siete derrotas y tan solo un empate, el obtenido en Tenerife hace casi dos meses, con la escalofriante cifra de 24 goles encajados y únicamente 3 anotados en los ocho partidos disputados hasta la fecha.

Los números del rival, que venía de lograr una importante (para sus intereses) victoria en casa ante el Villanovense, invitaban a cerrar el año 2009 con un triunfo que permitiera arrancar el 2010 con optimismo y plenamente enganchados al carro de equipos que finalmente pelearán por las plazas de play-off. Es lógico pensar, y así lo manifestó públicamente, que Pichi Lucas trabajaría a lo largo de la semana a sus hombres no sólo física y tácticamente, sino también mentalmente, recalcando la importancia de no caer en la relajación para afrontar un partido que, a priori, podría considerarse ‘fácil’. Además, el técnico leonés recuperaba para el encuentro a tres de los hombres llamados a marcar las diferencias en este Real Oviedo como son Manu Busto, Iván Anía y Miguel, contando con toda la plantilla a su disposición a excepción del sancionado/lesionado Jandro; no había excusas.

A las 18:30, y conociendo que una victoria nos colocaba a un solo punto del play-off, en un ambiente gélido climatológicamente hablando, no mucho más animado en la grada, 5.983 incondicionales, el Real Oviedo saltó al campo con Aulestia bajo palos, una línea de cuatro atrás con Rubén y Barral en los laterales, Jorge y Hedrera en el centro, Rubén García como primera opción en la distribución, Curro como apoyo para la salida ligeramente más adelantado, (en línea a la hora de defender), Moré a la derecha, Invernón a la izquierda, Busto en la llegada y Rayco como única punta de lanza, con lo que, presumiblemente, tocaba “rasear el cuero” a la mayor velocidad y con el menor número de toques posibles. Serrano, Mario Prieto, Pelayo, Miguel y Villanueva, esperaron su oportunidad en el banquillo. Reseñar la baja de última hora de Gonzalo debido a sus problemas en el dedo/uña del pie que ya le obligaron a abandonar el encuentro de Vecindario antes de la conclusión, la presencia nuevamente en el banquillo de dos hombres del mismo corte, Pelayo y Mario Prieto y la opción de Villanueva en detrimento de Iván Ania o Nacho Méndez.

El equipo no cayó en el error del pasado domingo, mantuvo la concentración durante los 90' y no dio opción a la sorpresa ante un conjunto bastante flojo y que demostró su condición de colista del grupo con tan sólo dos remates entre los tres palos, al comienzo y al final del segundo tiempo, que Aulestia solventó con seguridad.

Pichi Lucas planteó el encuentro de manera similar a los anteriores. En el primer acto el equipo trató de salir jugando la pelota desde atrás a través de los centrales bajando Rubén García a recibir a la corta siendo apoyado por Curro a la hora de distribuir el juego. Es innegable que Rubén García es un pilar básico en el equipo y sus números lo confirman ya que completó correctamente 55 de los 58 pases que intentó, amén de recuperar 15 balones por únicamente 3 pérdidas. Cuando Aulestia tocaba en corto hacia Hedrera o Jorge, tanto Barral como Rubén abrían el campo en toda su extensión apoyando las incursiones de Invernón, 11 desdoblamientos a los interiores y 6 balones al área entre ambos, asistencia de Rubén en el segundo gol incluida, y especialmente de un Moré sobresaliente que se 'merendó' a su par para meter hasta 7 centros de gol, dar 1 asistencia, forzar 3 cornes en 3 llegadas a línea de fondo y mandar 1 balón a la base del palo. Curro estuvo correcto, aunque participó menos en el juego que García, como suele ser habitual, completando 35 de los 42 pases que intentó y robando 6 balones por tan sólo 1 pérdida. De todos modos sus aperturas a banda cuando el juego está atascado son dignas de mención. Mientras tanto un renacido Manu Busto hacía un gran trabajo entre líneas aportando arriba la calidad necesaria para abrir la lata canaria en el 18' definiendo en una gran acción individual dentro del área rival tras la enésima incursión de Moré. Por su parte Rayco actuó como única punta clara con mucha movilidad en ataque buscándose sus espacios, peleando hasta la extenuación y no escondiéndose nunca aún cuando peor le salían las cosas ya que estuvo desafortunadísimo de cara a gol desaprovechando hasta 3 mano a mano frente al portero canario Miguel.



El Real Oviedo tuvo el control total del esférico durante estos primeros 45'. Un flojo Lanzarote que se plantó en el Tartiere con un nada agresivo 4-1-4-1 que en defensa variaba a un 5-4-1, con incluso marcas individuales a nuestras puntas en momentos puntuales del juego, contribuyó a ello al no ejercer presión alguna a nuestra salida de balón. En las pocas ocasiones en que se animó a ello obligando a Aulestia a jugar al patadón hacia Rayco, el equipo, desde los laterales y los interiores, rápidamente juntaba líneas y estrechaba el campo apoyado por la subida de los centrales y Curro a posiciones algo más adelantadas lo que nos daba toda la ventaja en la segunda jugada ya que el canario por su estatura lógicamente no podía con sus pares en el juego áereo, sin embargo todos los rechaces acababan en ‘pies azules’. De este modo, la posesión del balón fue completamente nuestra salvo una precipitación de Invernón en el saque de una falta favorable que propició una llegada canaria hasta línea de fondo que Aulestia primero y la defensa después solventaron sin mayor dificultad y un chut lejano que salió rozando la meta defendida por el vasco. De este modo el partido debió quedar sentenciado en cualquiera de las múltiples ocasiones de las que disfrutamos, siendo las más claras el remate al palo de Moré en el 27' o el mano a mano que un obcecado Rayco, tras recibir un excelente pase de Rubén García a la espalda de los centrales, enviaba excesivamente cruzado con Moré y Busto esperando el pase de la muerte.

Al inicio del segundo acto Miguel, Villanueva y Pelayo salieron a calentar. Nada más comenzar el Lanzarote, en la única acción en la que rompió claramente nuestra defensa por la parte derecha, tuvo su más clara ocasión de gol en un remate un tanto escorado que Aulestia sacó sin aparente dificultad. Fue un espejismo porque Rubén García, Moré y Busto seguían siendo los dueños del partido hasta que el tercero de ellos consigue finiquitarlo con un gran remate en el 55' tras una excelente combinación por la derecha y al primer toque entre Moré y Rubén. Dos minutos después Villanueva saltaba al campo en sustitución de Invernón, que parecía acusar algún tipo de problema físico, para colocarse como segunda punta con absoluta movilidad y libertad entre líneas, a mi entender, la posición en la que aún nos puede dar alguna alegría merced a su excelente visión de juego, ya que tardó escasamente un minuto en meterle un balón franco de cara a puerta a Rayco entre los centrales que nuevamente el canario desaprovechó frente al meta rival.



A continuación el técnico del Lanzarote efectua un doble cambio dando la sensación de querer presionar más arriba y estirarse un tanto en ataque; fue inútil, los canarios se mostraron excesivamente inocentes con el balón en los pies y nunca pudieron con la contundencia y seguridad de Hedrera o Jorge que llegaron a desbaratar 19 y 15 acciones del rival respectivamente. En el 74' reaparece Miguel por Rayco. La reacción de la grada es cuanto menos sorprendente despidiendo al canario en pie con una cerrada ovación y recibiendo al 'culebra' con división de opiniones, hecho éste para mí tan indefendible como lamentable e inexplicable. Aún así, me gustaría resaltar la actitud de los compañeros con Rayco, dándole ánimos y demostrando que ahora mismo la plantilla es una piña. Aunque creo que el chaval los necesita, con la vuelta de Miguel y viendo el rendimiento de Busto en su puesto natural, presumiblemente partirá como revulsivo desde el banquillo a no ser que Pichi decida acostarlo en banda. A estas alturas del choque, con Busto a la izquierda, el encuentro ya estaba muerto y Miguel poco pudo aportar más que ganar dos de los tres balones que peleó en el aire y forzar deliberadamente su quinta amarilla, algo que no entiendo ante la inminente visita al campo del líder. En el 81' Pelayo, esta vez sí, sustituyó a Curro, el cambio para mí más lógico por encima del decret(oc)ambio Mario/Rubén García (los números cantan), y con el único sobresalto de un chut visitante lejano en el 90' que Aulestia despejó a corner en una gran estirada, el encuentro expiró.

El Real Oviedo termina el año encadenando un 13 de 15, a un solo punto de los puestos de play-off, a seis puntos del líder al que visitará en el nuevo año, y en una clara línea ascendente de juego y resultados, con lo que, sin lanzar las campanas al vuelo ya que el rival de hoy no estuvo a la altura, las perspectivas son buenas, esperemos refrendarlo todo ello en Las Palmas ante el Universidad y dar un verdadero golpe de autoridad en el grupo. Aún así, como se comenta en la entrada anterior, apuntalar la plantilla en el mercado invernal correctamente debería dar el espaldarazo definitivo para pelear por el máximo y único objetivo que es el ascenso de categoría.