Paso a paso se puede llegar lejos

Por fin, dos semanas y media después de la destitución de Raúl González, el Real Oviedo tiene nuevo entrenador. El elegido ha sido Pichi Lucas, ex-entrenador de la SD Compostela, de la Ponferradina y del Cartagena, siendo un ascenso a Segunda División con los del Bierzo en la temporada 2005/06 su mayor éxito.

Tras su presentación el martes en el Carlos Tartiere, cogió las riendas del equipo inmediatamente y dirigió su primer entrenamiento. Conoce a la plantilla pues lleva muchos años entrenando en la categoría, y además, ha visto unos cuantos partidos del Real Oviedo esta temporada. El nuevo entrenador cree que “hay potencialidad para estar más arriba” y “mimbres para hacer cosas más positivas que las hechas hasta ahora”. Pero sobre todo, me quedo con su idea de marcarse “objetivos cercanos” y dejar bien claro que “cada partido es una final”. Como ya dije en el post anterior, a partir de ahora debemos olvidarnos de un ascenso que sólo crea ansiedad en plantilla y entorno para empezar a fijarnos únicamente en el siguiente duelo liguero, pensar semana a semana e intentar sumar de tres en tres. Pasadas unas cuantas jornadas será el momento de decidir cuál debe ser el objetivo final de este Real Oviedo.



El partido ante el Tenerife ‘B’ es vital: la clasificación está a punto de partirse en dos mitades y los azules estamos justo en el medio, pudiendo caer a uno u otro lado. Si el equipo se mete en la zona baja después será muy complicado nadar contracorriente, la presión y la tensión aumentarán, el ambiente se enturbiará y ganar será difícil. Por eso Pichi Lucas se encontrará ante un partido clave con solamente cinco entrenamientos a cuestas.

Todo el que sepa un poco de fútbol sabrá que lavarle la cara a un equipo en tan poco tiempo es imposible. El mister dice sea “vertical y atrevido y con sintonía entre lo que aportemos en ataque y en defensa”, así que puede ser que se vean ratos de buen juego durante momentos del partido, pero no será la tónica general. Lucas debe hacer un reseteo en la mente de los futbolistas y empezar de cero para formar un equipo compacto que aspire a ser importante en la categoría.

EMPEZAR DE CERO

A día de hoy, poco aprovechable tiene en la base; Aulestia es el portero menos goleado del Grupo II pero no porque el equipo dé fiabilidad defensiva, sino por méritos individuales del propio Oinatz y de jugadores como Gonzalo, Jorge o Javi Barral, y también por deméritos del rival, que le han perdonado la vida al Real Oviedo en muchas ocasiones. Hasta el domingo, los contrarios creaban dos, tres o cuatro oportunidades por partido y pensábamos que eran jugadas aisladas, excepciones que hacían cumplir la norma de que lo mejor del equipo era su entereza atrás, pero el Sporting B demostró la realidad. El primer conjunto que quiso quitarnos la pelota, que nos jugó de tú a tú, que trató bien el balón y que jugó por banda nos creó acciones de peligro continuamente, convirtiéndonos por momentos en un muñeco incapaz de sacudirse del dominio rojiblanco.



Es por eso que la primera misión de Pichi Lucas debe ser la de darle solidez al equipo, juntar las líneas, conseguir que los diez jugadores de campo presionen en bloque para facilitar el robo y economizar esfuerzos en lugar de ir por libre como ocurrió en el Molinón. Mejorar el sistema de ayudas también será primordial para no echar a los leones a unos laterales que suelen sufrir situaciones de 2x1 más veces de las deseadas, y tampoco a los medioscentros, mirados con lupa en los últimos partidos. Es cierto que algún jugador penaliza más de la cuenta, pero muchos fallos de los que se le achacan son colectivos y no individuales, así que el aficionado debe intentar ser un poco más justo y ver el fútbol con los ojos de un entrenador antes de criticar cualquier cosa.

El segundo objetivo del nuevo entrenador debe ser instruir al equipo para que aprenda a superar la presión del rival en el momento de sacar la pelota desde atrás. El Sporting B se lanzó muy arriba, puso marca individual a nuestros dos medioscentros y ahí desconectó al Real Oviedo. A partir de ahora se deben trabajar más variantes, como la de retrasar a Manu Busto 10 ó 15 metros para que participe más en la construcción, o estrechar el campo con los volantes y abrirlo con los laterales para generar superioridades en el centro del campo. Lo que no puede ser es que el único recurso del equipo ante la presión arriba del rival sea enviar un pelotazo a Miguel y lavarse las manos confiando en que él o el otro delantero se inventen una jugada individual.



Y por último, sería recomendable que la sesión de entrenamientos del Sábado fuese dedicada única y exclusivamente a la estrategia. Una vez conseguido lo anterior, el talento en zona de ¾ para adelante puede marcar diferencias sin necesidad de tener un libreto perfeccionado. Soy muy pesado con las jugadas a balón parado pero es que estas acciones ganan partidos, y más en Segunda B. Hasta el momento, el Real Oviedo ha despreciado las jugadas de pizarra y el único gol fruto del ensayo en el Requexón llegó en el amistoso de pretemporada ante el Zamora, mientras que la Cultural Leonesa, por ejemplo, nos ilustró con todo un repertorio de acciones a balón parado en el partido que jugamos en León allá por el mes de Agosto. Han pasado dos meses desde ese día y seguimos sin sacar partido a la estrategia más allá de lanzamientos de penalty o búsqueda de gol directo en faltas o saques de esquina.

Desde aquí, mucha suerte a Pichi Lucas: la suya será la nuestra.