Se busca identidad

Mis primeras líneas son de agradecimiento y gratitud para Raúl por su labor al frente del Real Oviedo. No ha salido como todos queríamos pero lo que nadie le podrá quitar nunca es que fue el entrenador que sacó al Club de Tercera División por última vez en su historia; que con él se inicio la Reconquista. Le deseo mucha suerte en todo lo que haga porque más allá de lo deportivo está lo personal y en ese aspecto Raúl es un ‘10’.

Decía el otro día que el primer paso para llegar a la victoria es aprender a competir. El segundo es dotarse de una identidad como equipo, un ADN que nos permita saber a qué jugar, cómo jugar y con quién jugar de esa manera. El Barça de Pep es el rey de la triangulación, el Madrid e mejor en la transición defensa-ataque, y el Chelsea el amo del juego directo; pero, ¿qué es el Real Oviedo? Hasta ahora hemos visto a un equipo sin estilo definido, sin patrón de juego. Si Raúl quería que el recurso más utilizado fuese el envío largo buscando a Miguel debería haber trabajado más la sincronización del resto de jugadores para que el equipo siempre tuviese opciones en la prolongación por arriba y en la segunda jugada, cosa que no sucedía porque ni Rayco, ni Manu Busto, ni ya digamos Iván Ania o Jandro se encontraban cómodos sobre el campo.

Decidiremos a qué jugar cuando se contrate un nuevo entrenador. Suenan Luis César Sampedro, Pichi Lucas, David Vidal … estilos distintos para un mismo objetivo. Analizando la plantilla del Real Oviedo que cada uno saque sus propias conclusiones. Yo examinaré tres estilos distintos de fútbol y cuáles serían los jugadores ideales para el mismo: cómo se habría que trabajar y cuáles serían las directrices básicas en la pizarra.

REPLIEGUE Y CONTRAGOLPE

En artículo del 24/08 ya avisaba de que las cualidades de la plantilla son ideales para replegar en propio campo y buscar la contra aprovechando la punta de velocidad de jugadores como Rayco, Manu Busto, Jandro o Xavi Moré. Tenemos además buenos lanzadores en largo (Curro, Iván Ania) y en corto (Pelayo, Rubén, el propio Manu) para hacer más rápida la transición y plantarnos en el área rival en el menor número de toques posibles.

Necesario defender siempre a partir de la línea de mediocampo, nunca antes para así disponer de espacios a la espalda de la defensa rival. Posicionamiento 4-1-4-1 cuando no se tenga el balón, con el delantero centro tapando la línea de pasa de los centrales contrarios y nuestros dos interiores/mediapuntas marcando al hombre a sus dos medioscentros para robar en plena salida de balón o para forzar un envío largo que se combatirá con el triángulo defensivo de centrales+pivote.



Si se roba en plena transición del rival, buscar rápidamente el desmarque del delantero centro (Rayco) a la espalda de un central partiendo desde el lado opuesto, o bien volcar el juego a banda derecha para aprovechar el uno contra uno de unos Jandro y Xavi Moré que ya deben ponerse el mono de trabajo. Si por el contrario se roba tras pelotazo de los centrales contrarios, intentar bascular el juego en la medida de lo posible a banda izquierda para buscar el juego combinativo entre Iván Ania y Manu Busto y que sean Rayco y Xavi Moré quienes busquen portería desde la derecha (el canario a la espalda de su central diestro, el catalán buscando la frontal), complementándose con la llegada desde atrás del otro mediapunta azul (Curro).

En este ideario no tiene hueco Miguel porque se potencian sus debilidades y se ocultan sus virtudes. Ha sido muy importante en el comienzo de Liga (un gol, varios penaltys provocados, hándicap para el rival como resaltó Antonio Rivas), pero no debe jugar por decreto. El planteamiento siempre dependerá del rival y de las condiciones existentes por lo que habrá minutos y partidos para todos.

MONOPOLIZAR LA POSESIÓN

Complicado de conseguir en esta categoría, con campos pequeños y rivales que presionan ante la extenuación. Pero el Real Oviedo tiene algo que el resto de equipos no tiene: el Carlos Tartiere. Con unas dimensiones de 105x68m, la misión debe ser ensanchar el terreno de juego, tocar y marear al contrario hasta que aparezcan los huecos. Jugadores como Iván Ania, Rubén García, Manu Busto, Pelayo, Curro o Xavi Moré agradecen el juego a ras de césped.

Es importante que los centrales den un paso adelante y no rifen la pelota al menor indicio de presión rival; siempre será preferible retrasar a Aulestia que recurrir al pelotazo. Normalmente nuestros dos mediocentros tendrán marca individual, por lo que será necesario que los dos volantes busquen el centro para generar superioridades en esa parcela y que su espacio sea ocupado por los laterales, con lo que tendríamos 6 jugadores en el centro del campo para garantizar la posesión. Futbolistas como Javi Barral tendrán que asentarse de una vez porque precisamente el buen hacer ofensivo y su buen trato de balón fueron factores que le hicieron llegar al Real Oviedo como lateral izquierdo.



Movimiento constante, toque y desmarque, los jugadores han de tener un amplio radio de acción, muchos intercambios de posición y rotación continua para despistar las marcas y conseguir que lleguen los huecos en la defensa contraria. El desborde debe llegar así, con triangulaciones, paredes, juego a uno-dos toques hasta provocar los desajustes, y no con uno contra uno y dribling porque no tendremos especialistas sobre el campo para ello.

Titularidad para Iván Ania, Xavi Moré, Curro y Rubén/Pelayo en el centro del campo para darle sentido y forma a la idea, con la variante añadida de juntar a los tres últimos en el once titular para generar superioridades en el medio, e incluso poder jugar con Manu Busto como falso ‘9’ para no darle al rival una referencia cerca del área como podrían ser Miguel o Rayco.

El ‘pero’ es que esta idea requiere de mucho trabajo ofensivo por parte de ambos laterales y en 2ªB los errores se pagan caros. El dicho de la manta que tapa la cabeza pero descubre los pies se cumple en esta ocasión y será decisión del nuevo entrenador si se atreve a apostar por unir estética y eficacia.

JUEGO DIRECTO

Sugiero que alguien compare videos del Chelsea de Avran Grant con los partidos del Oviedo esta temporada: el parecido únicamente está en el desplazamiento en largo de los centrales buscando al ‘9’. No equiparamos calidad sino movimientos y automatismos. Los ingleses dominan la prolongación: cada vez que Drogba salta a cabeza tenía a Malouda y Kalou buscando la espalda de ambos centrales partiendo de banda; si el marfileño no ganaba la disputa, Lampard, Ballack y Essien en la pelea por la segunda jugada, un trío para dominarlos a todos.

Aquí, Miguel sería la referencia. No es un portento aéreo pero con su 1’95 de altura debe marcar más diferencias de las que marca, aunque sea impidiendo que el central impacte el balón con limpieza para provocar la segunda jugada. Rayco y Jandro serían los encargados de ir a la prolongación aprovechando su punta de velocidad, partiendo del posicionamiento en zona intermedia entre lateral y central para buscar la espalda de este último y encarar portería. Uno de los problemas viene a la hora de comprobar qué jugadores nos pueden desempeñar el papel de gallos de pelea en el centro del campo para buscar el rechace: habría que apostar por tres jugadores en centro de campo para paliar la deficiencia física en la disputa, aunque si Mario Prieto alcanzase un nivel digno sería una alternativa seria y real.

El otro hándicap viene al darnos cuenta de que no tenemos un lanzador en posiciones defensivas que pueda desplazar en largo con un mínimo de garantías, y retrasar a Curro para que busque la pelota entre centrales y lanze a Miguel nos deja en inferioridad en parcela central. Quizá Dani Hedrera nos pudiese dar algo más en ese aspecto que Gonzalo o Jorge Rodríguez.



He analizado los tres estilos por orden preferencial particular. Gustos habrá como personas, pero en mi opinión esta plantilla está hecha para salir a la contra como balas y apuñalar la debilidad del rival. Como dijo en su día Johan Cruyff, “el gol viene siempre por fallo del contrario, porque si la defensa lo hace bien, el resultado es 0-0”.

No se debe ensuciar el debate hablando de estética o juego feo. Muchos consideran a José Mourinho defensivo pero era un espectáculo ver al Chelsea 04/05 robar en mediocampo y salir a la contra con Duff y Robben en las bandas, plantándose en el área rival en dos toques, avasallando con cada error del contrario que se intentase poner delante de aquel equipo que inexplicablemente no se llevó la Champions. Cualquier estilo es bonito si se hace bien.