Cuando se está mejor con 10 que con 11

Tenía preparado un artículo sobre un jugador de la plantilla pensando que el partido de hoy seguiría una línea continuista respecto al del Domingo ante el Atleti B, creyendo que nos llevaríamos los tres puntos apostando por no tocar lo que funciona, pero no fue así. Raúl sigue dando bandazos y no ha sido capaz de seguir por la misma senda que llevó a la primera victoria.

Salió el Oviedo con una defensa de tres centrales y dos carrileros, un sistema que ya probó la pretemporada pasada ante Zamora y Palencia y que después no se utilizó en todo el año. Importa poco que se incluya a los carrileros como defensas o no porque el concepto sigue siendo erróneo vista la plantilla que tenemos.

Cuenta la plantilla con únicamente tres centrales, por lo que fue necesario reconvertir de nuevo a Javi Barral a una nueva posición, siendo mucho más complicada su adaptación que en una defensa de cuatro. Sí estuvieron a gran nivel tanto Gonzalo como Jorge Rodríguez, aunque este sistema parece diseñado para sufrimiento del gallego si el rival cuenta con dos puntas rápidos que le busquen la espalda desde los costados. Lentitud del jugador, pocas ayudas defensivas si el contrario recupera y sale a la contra, y mucho espacio entre los centrales y Aulestia.



En fase ofensiva el posicionamiento era de 3-4-3, con Rubén González e Invernón incorporándose al centro del campo para no dejar en clarísima inferioridad a Curro y Rubén García en el doble pivote. Dos laterales largos para atacar y defender pero que rara vez ayudaron en la salida de balón, por lo que el Real Oviedo jugó sin bandas a pesar de la insistencia de Raúl desde el área técnica. Curioso que pida algo que él mismo contradice con la alineación dispuesta sobre el terreno de juego. Por suerte, Rubén García dio un recital como mediocentro enseñando el nivel que se le vió en la Cultural Leonesa. Sin él, el Oviedo raramente hubiese conseguido salir de su propio campo porque Curro se mostró voluntarioso pero muy errático en el pase. Una lástima su lesión porque es un jugador que iba claramente a más tras un comienzo irregular.

Las tres posiciones de arriba fueron para Miguel, Manu Busto y Rayco, con los dos últimos como falsos mediapuntas, ligeramente volcados hacia izquierda y derecha respectivamente. Crearon peligro en los primeros minutos alternándose a la hora de recibir entre líneas o buscar el desmarque a la espalda del central, pero en cuanto el Racing B ajustó las marcas entraron poco en juego. Miguel, de nuevo aislado y obligado a buscarse la vida en el juego aéreo.



En fase defensiva, dos variables. Tras pérdida en campo rival, los tres de arriba presionaban la salida de balón rival con los dos carrileros protegiendo toda la banda (5-2-3 ó 3-4-3). En ataque estático de los cántabros, Rayco caía a banda derecha y se volvía al 4-4-2 de siempre con Javi Barral como lateral zurdo e Invernón como volante.

Con 10, el Oviedo volvió a un sistema más lógico, un 4-4-1 con Manu Busto y Rayco en las bandas dejando sólo a Miguel arriba. Se ganó en control del esférico y en posesión, se dominó el partido y las aproximaciones al área cántabra fueron mayores, con Manu y Rayco con total libertad para partir desde la banda al centro y uno de los dos laterales desdoblando siempre que fuese posible. Misma intención que con el otro sistema, pero con los movimientos, los posicionamientos y los conceptos asimilados y trabajados.

Lamentablemente Raúl también se equivocó en los cambios, y en lugar de apostar la última media hora por Rayco y/o Manu Busto como falso ‘9’ para buscar la contra, los sacrificó a ambos e introdujo a Iván Ania y Xavi Moré, antítesis del contragolpe, dejando a Miguel como islote arriba. El equipo estaba cansado, fatigado tras un esfuerzo muy grande por lo que no tiene sentido dejar a un jugador de 1’90 como punta, ni meter a un volante técnico pero carente de chispa como Iván, ni tampoco introducir a un jugador que lleva jugados 40 minutos en toda la pretemporada. No supo el entrenador leer el partido pues el choque estaba para Jandro en banda derecha, Rayco en banda izquierda trabajando en defensa y buscando la diagonal hacia portería y Manu Busto como falso delantero centro para ganar juego entre líneas, velocidad y dinamismo.


Aún así, la única ocasión clara del partido fue para los azules. Lástima el penalty fallado, no sólo porque nos dejamos dos puntos en el tintero, sino porque puede ser un pequeño golpe para un Curro que había empezado la temporada a gran nivel. El Real Oviedo es grande para lo bueno pero también para lo malo, y la repercusión que tiene el Club también juega malas pasadas: para los rivales es mucho más fácil acceder a información y realizar scouting sobre el juego del equipo, de ahí que el portero supiese por dónde lanza los penaltys Curro. Así lo hizo ante el Mallorca ‘B’, ante el Alcalá en Copa del Rey y ante el Atlético B hace tres días. Si no hay variedad tarde o temprano pasa lo que pasó hoy.